viernes, 4 de junio de 2010

Pipas en la boca.

Se le cayeron las pipas de la boca, mojadas, algunas pegadas en barbilla, mientras yo rasgaba las cuerdas de mi guitarra sosteniendo las notas con una fuerza dactilar limitada. Me dijo que estaba en un estado anterior a la realidad, veía colores desconocidos, claro que le creía, tenía un doctorado en química con veintidós años, si había alguien sensato era él.

-Te lo explicaría pero es como pasar el dedo sobre la pintura fresca de un fresco, solo podría contarte lo que es el azul, el rojo o el amarillo pero nunca sus combinaciones atómicas que llegan a conformar una imagen semejantemente diferente a la realidad unilateral de aquél artista inexistente y metafórico que estoy citando para sentir que hago bien expresando lo que me sucede. Ángel, eres un ser especial, te faltan alas y serías perfecto a mis ojos, no intentes buscar respuestas encerrado en una prisión de energías controladas y lógica binaria.
-Eres igual que yo, Jon, eres igual que yo, nacimos juntos, nuestros padres nos hicieron amigos, hermanos, desde que comenzamos a ver la realidad, jugamos, interactuamos y rompimos esa realidad que nos daban para hacer algo nuevo, ¿por qué te empeñas en ser distinto?
-No lo entenderías, y no te culpo, si fuese decisivo, determinante para tu existencia haría lo imposible para que puedas entrar en ese espectro, pero no hay porqué hacerlo, Ángel, caen piedras desde fuera sobre el tejado azul que recubre nuestra celda universal, caen seres y te dan respuestas para aliviar el sufrimiento de la duda, caen torres y millones de existencias para contraer los vencimientos regulares. Caen verdades de siglos con una demostración científica y luego tras nueve generaciones cae la demostración con la renovada y persistente ignorancia que tanto pretendemos alejar de nuestras existencias. Cae todo, Ángel y no quiero que estés mirándome así.
-¡El que no se ve eres tú!, mirando hace horas desde la ventana a no sé donde y comiendo pipas como un desaforado, esto no va bien, deja ya de pensar tanto, tienes el doctorado, déjalo ya, respira un poco, camina, huele la naturaleza, lee, mira lo que otros visionarios intentaron contarte hace siglos, explora los mensajes que se reparten entre la cultura. Por favor Jon, deja ya todo ese rollo de colores y universos paralelos, estás desvariando y me preocupas, no has llamado a tu familia desde hace al menos nueve meses, hablan conmigo y están sufriendo tu silencio, creen que les desprecias por lo que eres y ellos no son. Valora todo lo que tienes, pero no te cierres, ellos dieron sus vidas al trabajo para que tu puedas pensar libremente y llegar lejos. Algo no va bien, ¡Jon!
-¿¡Qué!?, ¿qué quieres?, ¡déjame en paz, joder!, ¿qué sabes tu del sufrimiento de mi familia?, todos pasamos penurias, si sus existencias se abocaron a malgastarse por míseros billetes de intercambio lo lamento con el alma. ¿Acaso yo pedí ser un genio?, ¿y las becas que me gané, no cuentan?, es una de las excusas más tontas que has tenido en los últimos días, aunque si hago una lista de tus estupideces no pararía hasta mañana. Ángel, estudia que te quedan tres cursos, tus padres sí hicieron el esfuerzo y no tienes ninguna beca.
-Eso ha dolido, yo no te estoy atacando gratuitamente, eres mi hermano, solo quiero que sigas subiendo, evolucionando, yo sé muy bien quien soy, lo limitado que me siento junto a ti, pero me da igual, mis aspiraciones son más bien banales.
-Las mías no corresponden a esta tierra, siento ser de fuera, me siento como un secuestrado tirado a la buena de Dios en una ciudad incomunicada donde todo es lógica y engaños, colores y texturas prediseñados.
-La mente es muy poderosa Jon.
-¿¡Mi mente!?, me quieren abrir el cerebro ya, me quieren muerto, están hambrientos, me dejan estudiar para luego entenderme, me estudian y no lo ves, en el momento menos pensado estoy muerto para el análisis.
-¡Déjate de bobadas!, por favor, eres muy importante para ellos, si entiendo por ellos a los cientos de millones de personas que agradecen tu descubrimiento.
-No lo entenderías Ángel, me agota hablar contigo, yo sé muy bien lo que pretender hacerme, pero ya me da igual, no pienso escapar, ni dar más claves, no hasta que sepa como irme de este planeta.
-Estás muy mal, relájate, ven siéntate.
-¡Cállate de una puta vez!, pienso irme de aquí cuanto antes, aunque les deje el acertijo resuelto para armar una lanzadera... lo tengo en mi mente, esa mente que dices tan poderosa, allí dentro están las piezas, hay materiales que pienso crear... me duele saber que después eso representará la muerte de esta especie. El dilema aparece cuando te veo dormir, Ángel lo único que me retiene eres tú, hazme el favor de callar, en silencio estás mas guapo.
-Gracias, Jon, gracias por no irte, te creo, eres capaz de eso y más...
-No sabes cuantas vidas no conocemos por estar incomunicados, sé quienes son, sé muy bien donde están, algún día mi amigo, algún día te llevaré conmigo.
-¿Y la humanidad?
-¡Que les den por el culo!