viernes, 19 de junio de 2009

3 Kilómetros.

-¡Ahora vuelvo chicos!, ¡voy a buscar ayuda, no hagan nada!_ gritó desesperado y echó a correr mirando sus pies, no podía mirar de frente el camino, actuaba de memoria, el pueblo estaba al menos a unos tres kilómetros, tenía los minutos contados, era su primera vez para todo, pero no para nadar, no había querido aprender. Las piedras lastimaban sus plantas de los pies en cada error, aunque su atención estaba centrada en el recorrido, le fue inevitable evadir esas lastimaduras que recordaría por el resto de su vida. Pensó en sus miradas, en las sonrisas anteriores, en lo que le dirían sus padres, en el castigo que les pondrían al terminar. Lloraba mientras corría, sus lágrimas le daban frío en sus cienes, alguna se coló hasta la oreja, pero no se detuvo, no pasaba ningún coche, gritaba por si alguien le oía mientras lo hacía. Ninguna casa encendió una luz a su paso, nadie se enteró de sus gritos, pese a los obstáculos, el cansancio y las lastimaduras Ergoitz siguió sin pensárselo, era de los fuertes, podía con eso, aunque no con los sermones de los adultos, odiaba que le pongan en evidencia delante de sus hermanos. Gritaba con sus brazos hacia atrás para aliviar la presión del pecho, sudaba en demasía, sus nervios causaban calor sumado a la consecuencia lógica del esfuerzo físico.- ¡Ayuda!, ¡mis amigos están mal!, ¡necesitamos ayuda por favor!_ se detuvo en una casa oscura y con una huerta enorme, gritó porque había un coche aparcado.-¿No hay nadie en ésta casa?, ¡necesitamos ayuda!, ¡por favor!, ¡por favor!, mis amigos están..._ no tenía voz ni aire, sus pies latían ardiendo, los miró asombrado pero no pensó en qué era realmente el dolor, quería correr y correr, necesitaba el abrazo de alguien que lo devuelva a casa, se sentía perdido en el camino a casa. Al cruzar la carretera una furgoneta tocó el claxon y lo esquivó sin detenerse, le gritó, hizo señas y nada provocó que ese hombre imprudente se detenga a escuchar su historia. Derrotado por sus pensamientos, nervios y cansancio físico el niño llegó al portal, se detuvo, no quería tocar el timbre, estaba a punto de arrepentirse. 
-¡Ergoitz!, ¿qué sucede?, ¿por qué corres así?, ¿y tus amigos?, Ergoitz, ¿qué sucede?, ¿dónde coño están Beñat y Andoni?, ¿¡dónde están Ergoitz!?, ¡habla!, Ainoa, si aquí está, baja a hablar con el niño que no quiere decir nada, ¡lo único qué hace es llorar!, mierda de maricón criamos._ su madre bajó al de dos minutos, desesperada por su corazonada lo abraza, mira sus pies y las manchas de sangre en la acera. 
-¿Qué tienes mi amor?, ¿qué han hecho?, dime ya donde están, tenemos que hacer algo, ¿los han secuestrado?, ¿se perdieron?, ¿quemaron algo?, dime hijo, pronto vendrá la policía y ellos no son como nosotros. Mi amor, ¡habla!_ el niño no dijo nada, no tardó en llegar la policía, en unos minutos estaba rodeado de gente desconocida, por las ventanas todos miraban y murmuraban, pensó en todas las luces encendidas que había y se preguntó por qué no se habían encendido para ayudarle en el camino. 
-Hola pequeño, tienes que decirme lo que ha pasado, ¿cómo te llamas?_ lo lleva de la mano hasta la furgoneta, llegan más patrulleros y algunos coches privados, la policía autónoma acordona las inmediaciones, el estado de la gente es de alarma, algunos gritan en euskera, ¡cipayos!, otros se enfrentan a las voces con gritos de repulsa, la tensión se vuelve más densa, por la mañana habían asesinado a un inspector con una bomba en su coche.
-Mi nombre es Ergoitz... mis amigos... mis... soy Ergoitz, me dijeron que iban a aguantar la respiración y salieron, tengo miedo, quiero irme a casa._ echó a llorar en los brazos del oficial.
-¿Dónde están Ergoitz?, ¿puedes guiarnos?_ el padre se acerca y con una seña del oficial alza al niño.
-Estábamos en el dique, junto a la represa, donde fuimos hace unos días._ le dijo el niño a su padre al oído.
-Sé donde es, tú te quedas con tu madre, ¿estás seguro qué es allí?, ¡Ergoitz!, ¿es el del árbol encorvado?_ el niño asiente sin mirarle la cara, su madre lo alza y lo lleva al tumulto de mujeres en batas y pijamas.
-¿Por qué se quedaron hasta la noche mi amor?, está mal Ergoitz, muy mal, ahora que Dios diga lo que tenga que decir.
-Pero no es mi culpa, ellos han querido jugar a eso, a mi no me gusta, les he dicho que no lo hagan pero se rieron y no volvieron, ¿van a volver, mamá?_ dijo llorando con la mucosidad saliendo de su boca y nariz.
-No lo sé, espero que sí._ le susurró a los oídos y lo abrazó sintiendo la pena de saber la verdad, no había esperanzas para sus amigos.

Toda la noche un grupo de voluntarios se encargaron de buscar a los dos niños, sin ningún éxito. A la mañana siguiente rastrearon la zona buscando evidencias mientras que un buzo de la capital vizcaína se encargó de buscar debajo del agua, tarea que casi le costó la vida, las corrientes estaban gobernadas por túneles naturales a varias direcciones. Los padres sabían que no había esperanzas, la ciudad se vistió de luto, mientras que dos nuevos buzos corrieron la misma suerte que el primero, llamaron a medios de comunicación y se presentó ante la audiencia nacional el caso, un experto de la policía de Madrid se presentó  gracias a la nota periodística en la mañana del cuarto día. La histeria era dueña del barrio, las lágrimas brotaban de las flores y los jardines descuidados, el duelo y el silencio era abrumador, estaban expectantes de poder velar sus cuerpos y al menos despedirlos. La tarde del quinto día hubo noticias.

-He dado con los niños, los hemos podido sacar del agua, no puedo quitarme sus rostros de mis ojos, creo que de un momento a otro se vieron debajo del agua y sin poder salir, la corriente no es fuerte pero el túnel desorienta... creo que sintieron estar apresados, y uno pensó que el otro iba a salvarlo, no me lo explico, es muy triste... sus caras estaban... los he encontrado juntos, en el mismo túnel y abrazados, es imposible separarlos, sus cuerpos están unidos con una última fuerza que me corta la respiración ahora mismo... lo lamento, no puedo seguir hablando, lo lamento, con el alma, esos niños se unieron... es que... nunca olvidaré sus rostros.

La ciudad se llenó de lágrimas y flores, no hubo lluvia que aleje a toda esa gente triste, el abrazo fundió la desesperación en cada una de aquellas personas imprudentes que dejaban libres a sus niños ante el peligro.

Libertades.

-¿Qué crees que pueda pasar con nuestros objetos libres?_ estamos sentados en el pie de un monte, los tres juntos, en un banco de plaza sin plaza, junto a una pequeña fuente y frente al mar, acaba de pasar la tormenta que va directo al centro de Bilbao, nosotros sonreímos con el sol en los rostros. Mi pregunta queda en silencio, seguimos señalando el sol los tres juntos, ellas están con las flores que acabo de arrancar sobre sus orejas, apoyadas y en compañía.
-¿Qué cosas libres?_ me pregunta la más pequeña de ellas.
-Digo todo lo que nos rodea, objetos frutos de la naturaleza o el artificio._ le contesto esperando una respuesta.
-Una cabina telefónica tomando el sol bajo una sombrilla en la playa, por ejemplo, espera, se me vino otra imagen a la mente, una paloma nadando en el mar, ¡que emoción!, espera, ¡otra!, una rata comiendo en un restaurante de lujo..._ que ocurrente, miro a la mayor de ellas, me sonríe con su boca cerrada, gira la flor con su mano derecha, mirándola pensativa.
-Yo veo a una plancha de ropa arrugando todo lo que encuentra a su paso, o un coche volando y una vaca comiendo carne... jajaja, ¿y tú qué imaginas?_ me pregunta esperando que supere lo que han dicho.
-No lo sé, un cubito de hielo bombero, o una palmera barriendo las calles de Bilbao, una tabla de surf como hélice de helicóptero, no puedo imaginar nada como ustedes, le daría descanso a las teclas de piano._ sonríen por mi falta de imaginación, yo solo pienso que me faltan imágenes por la acumulación de otras.
-Puedes esforzarte algo más._ me pide la pequeña.
-¿Saben?_ señalo al sol que nos ilumina, el viento nos despeina.-Esa estrella oscilante que ven, está muriendo, le quedarán unos miles de millones de años y luego se acabará consigo misma, hasta desaparecer. ¿Qué significa eso?, que nuestro planeta es un cubo de hielo que se calienta lentamente, y que tiene un fin, se volverá tortuoso, y quienes vivan la transformación no se creerán lo que vivimos ahora mismo, miren el mar, el reflejo del sol como brilla sobre el agua y por un momento piensen que están en otro planeta, en otra estrella lumínica, ¿viajar?, es la clave de la supervivencia. ¿Sería justo para el universo qué subsistamos?, yo creo que no._ bajo mi mano y la apoyo sobre mi muslo derecho, les sonrío y ellas me miran, las dos lloran juntas, sus lágrimas me piden explicaciones pero no tengo palabras que sanen las heridas de la verdad.

sábado, 13 de junio de 2009

Mensaje desalentador.

Estoy mirándote, ¡sí!, hola, ya sabes quién soy, seguramente alguien te contó de mi, o simplemente has llegado por el instinto, la navegación sin sentido de internet o por un amigo. Da igual sinceramente me da igual, estamos juntos para hablar sobre lo que te sucede, lo que te hace ruido en tu interior, lo que ruge todos los días y se duerme por momentos para dejarte vivir en Babia, con tu boca abierta en algún autobús sofocante camino a casa o alejándote de ella. Somos dos personas que nos sentimos agobiadas porque sabemos que algo nos oprime y no podemos explicarnos como, aunque tengamos respuestas hechas y ensayadas para nuestros amigos, fiestas o eventos sociales, no tenemos ni la más remota idea del por qué estamos ahora mismo existiendo. Es altamente probable que tengas problemas de liquidez monetario, sino te ha sucedido pronto sucederá, y no te alarmes, porque en la merma o en la abundancia todo, absolutamente todo se vuelve a marear y a tender a un caos, mínimo o parcial que hará de tu camino un parque de piedras sin horizontes. ¿Qué hago aquí?, nos preguntamos algunas veces con una sinceridad aplastante... naturalmente no nos sabemos responder más que las respuestas prediseñadas e implantadas en el primer ciclo de aprendizaje... no te sientas mal por no encontrar sentido a las cosas, porque cosas son y nacieron de conceptos, principalmente emulados de la naturaleza o enaltecidos escasas veces por algunos homínidos sobresalientes, pero tu caso no es ese, y si lo fuera tampoco tienes un orden por el contrario, la genialidad irriga tanta fluidez que es imposible etiquetar todas las operaciones que se establecen sin alineaciones visibles. Aquí estamos tú y yo, para relajarnos te voy a contar que tengo miles de cuestiones demasiado problemáticas en mi vida, no voy a deprimirte con mis desordenes vitales, pero te puedo contar que me siento totalmente utilizado por este sistema bacterial que hoy pondera en la tierra, suena a película de ficción “El sistema que rige al mundo”, lejos de eso tienes que entender que hay ciertos patrones de comportamiento de una porción ínfima que condicionan al resto... esto lo sabe hasta un niño de preescolar, pero por algún punto se comienza. La raíz del mal nacido en el anterior siglo se debe al produccionismo, que apareja una de las fases más complejas jamás emprendidas y una de las soluciones más simple que jamás se haya implementado bajo una doctrina imperialista. No sé nada de política, ni de economía, ni de psicología social (sí es que existe)... pero sí se algo que puedo contarte, y lo haré brevemente.


Naciste en un hospital después de un largo pero intenso proceso genético que te moldeó, emergiste a una superficie que representa el uno por ciento de la materia que compone tu nuevo hábitat, te cortaron ese lazo con tu madre para que comenzaras un proceso de grabación de información, lento o no, fue la primera fase de enseñanza sobre la que se fundamentaron tus procesos neuronales recién estenados en la superficie terrestre bajo la acción de la gravedad  y la climatología. Puedo entender que te preguntes, ¿qué me está diciendo éste tipo que no sepa?, tienes razón, no sé nada de medicina, ni de las otras cien profesiones que se ocupan de reparar tu cuerpo o doctrinarlo. Como te he dicho tus músculos ensayaron dentro de tu madre todos los movimientos que iban a experimentar en un futuro terrestre, de hecho hasta soñabas pero no lo sabes, por lo tanto ya pensabas. En tu fase inicial se encargaron de estimular todos tus sentidos, con colores, formas, para que te adaptes al mundo al que llegaste, creciste gracias al cuidado intensivo de una mujer adulta en su defecto un adulto que pudo ser tu padre, abuelo o amigo de tu madre, etc. Te pusieron un nombre para clasificarte entre tus pares, tuviste una identidad, comenzaste a grabar experiencias en base a los juegos, conociste el mundo binario que te iba a gobernar hasta ahora mismo y  tu posterior (y espero que no pronta) expiración. Bajo las preguntas y respuestas acomodaste una serie de prioridades que te dieron una base operativa para seguir experimentando, llegaron la música, los sonidos caóticos de la naturaleza, conociste la lógica matemática, algorítmica, los sentidos se pusieron a prueba con cada error que cometiste, tu cerebro viajaba a velocidades eléctricas increíbles y no lo sabías. Tu grupo se encargó de darte el cobijo ante las inclemencias climáticas y eso forjó inicialmente la incondicionalidad familiar, los lazos se cerraron y comenzaste recibir los estímulos teóricos, nuevas bases intelectuales con las cuales utilizaste la base inicial de la experiencia sensorial, volviste a reunir un pensamiento y una serie de uniones creando conciencia... tu moral fue activada, quizás una falsa moral, no hay peros en las apreciaciones, ya que tu grupo condicionó tu primera visión clara de lo que te rodeó selectivamente por tus bases iniciales.

Hasta aquí lo de siempre, creciste con un grupo nuevo fijo (a veces) con el cual compartías la experimentación de la enseñanza de una serie de acontecimientos basados en la memoria, tus educadores hicieron hincapié en vidas pasadas que realizaron descubrimientos y hallazgos que te permitieron conocer lo anterior para que según ellos tú cambies los errores cometidos y seas un hombre de bien, un hombre que consuma, produzca, no piense y doctrine a su grupo o clan con las mismas bases  sistemáticas.  Al llegar a la adolescencia fuiste un incansable buscador de emociones y aventura, probaste nuevas fórmulas teóricas y reconociste los nuevos errores y aciertos, te dijeron que elijas una carrera universitaria para poder ser un obrero laborioso e instruido en las nuevas técnicas de elaboración, pero al fin un obrero vestido de traje o mono azul, con pico  o bolígrafo todos se transformaron en adultos, la minoría que es la que compone el aporte del sueño posible se llenó de dinero los bolsillos siendo deportistas afamados, naturalmente eres aficionado a cualquiera de los siguientes deportes, fútbol, baloncesto, béisbol, fórmula uno, moto gp, maratón, rally... y otros tantos que no voy a enumerar porque no me da la gana, bueno otra de las aficiones que tienes es la televisión, internet, teléfono móvil, reproductor musical y otro etc que tampoco voy a enumerar porque tampoco me da la gana. ¿Sí?, genial ahora sabemos de nosotros mismos que contenemos una doctrina de las dos que hay en la actualidad, la buena y la mala, es obvio que la buena es el capitalismo y la mala... si si, esa, bueno también sabemos que viajamos una hora al menos para trabajar y otra hora para volver, estamos estresados si llegamos a ser de los afortunados de vivir en el núcleo de la productividad por el ruido, las luces y el sin fin de acontecimientos que tampoco voy a enumerar, porque esto es una cachetada suave y no una Biblia sobre lo que somos escrita por un indolente joven que tiene un mal día. Lo dicho, somos adultos y nos deslomamos produciendo materia que ya pasó de moda, ¿no es triste?, toda la gente que dejó su tiempo depositado en la producción de discos de pasta, edificios de acero y concreto aireado y otras millones de actividades que tampoco vamos a detallar. Ellos, posiblemente tus padres, abuelos y hasta bisabuelos forjaron la mayor tragedia para el planeta y sus especies. Gracias a ti seguimos destrozando un planeta que viaja a cientos de miles de kilómetros siendo un punto ínfimo en un universo que se expande a la deriva. Somos ese niño que acaba de despertar y ha destrozado la cristalera en dónde habían recuerdos de toda la familia, tú y yo no estamos de acuerdo con la instauración de un sistema que por motivación clónica y especulativa produzca hasta llegar a un final. ¿Estás triste?, ves a la gente morirse en guerras y te da tristeza, ¿eso te molesta?, eres un puto infame, una mierda de persona porque también ves a un niño en la calle y le das unos céntimos o nada y te apenas por su realidad pero te regocijas porque no fue la tuya, ¡eres la misma escoria reciclada que fundó las bases para que sigas con la intensa moralidad ecologista de destrucción masiva y silenciosa del resto de especies. Estás molesto porque un impertinente te dice algo que eres y no te conoce, ¿qué crees que tengo que conocer de ti?, piensas todos los días, por un instante o no en por qué mierda estás en vivo, sabes que eres un accidente terriblemente complejo y sabes que eres un engranaje más en una fábrica de sueños repleta de excrementos hasta más no poder. Si piensas en comprar una casa, coche y jubilarte, eres el ser más insignificante, menos apto y susceptible a morir triste que conocerás sino miras a tus lados, digo, a tus vecinos. Perdona, es normal que quieras una estabilidad que te proporcione un hogar seguro, en un sitio determinado para poder gozar de todos los beneficios de la cárcel ociosa que te ofrecen sin salir siquiera de tu cama. ¿Crees en Dios también?, jajaja, perdona que me ría, es normal que busques las respuestas en algo que no te conteste, así se mantiene el misterio de que haces en el mundo hasta el final, es una manera muy bonita, simple y llana de bloquear toda búsqueda interna que te propongas. Estoy seguro que además de todas la ansiedades que tienes por comprar lo nuevo, lo último en tendencia, quieres nutrirte de las bondades incontroladas de la red globalizadora para saciar algunas de tus tendencias patológicas, no definiremos ninguna porque ya son cientos y cada día se suman más, es que las nuevas implementaciones de las tecnologías harán de ti un ser dependiente sin que lo sepas siquiera. Pero no te alarmes si viene un futuro de vigilancia y sometimiento, las ciencias son la nueva filosofía de vida, por suerte el pensamiento religioso o mágico ya no se necesita para conquistar ningún sitio de la tierra porque ¡ya están conquistados todos!, por lo que ahora en nombre de algunas carencias se encargarán de luchar por absorber territorios baratos, como acciones de una empresa para especular con unos rendimientos posteriores o venta. Eres atlético porque educas tu cuerpo con una dosis de gimnasia, vas a la oficina o al taller/fábrica decidido a hacer lo menos posible y llegas a casa para estar en tu sofá jugando a la vídeo consola o navegar sin rumbo en la red global. Eres un exitoso en este sistema porque lograste hace unos años crear un negocio que te dio enormes beneficios, o simplemente tienes un negocio que te permite vivir holgado sin mucho esfuerzo, por lo tanto tienes una red social en internet y en la vida real que te acompaña en cada paso que das y te apoya o educa en los pasos positivos o negativos que das. Eres un ser subordinado a las opiniones ajenas y sigues las tendencias practicando todas las etiquetas que te dieron al nacer y reproducirte. Pero tienes un engendro que pide brutalidad, ruges por dentro pero prefieres callarte, no quieres pensar en mañana, ¡la vida son dos días a vivirla!, ¡sí!, sí señores, no voy matarme antes de tiempo, voy a salir todos los fines de semana a emborracharme para callar mis pensamientos, si puedo entre semana lo haré también porque mis amigos estarán allí esperándome para contarme sus jugadas de naipes por el casino online o el ligue de la puta de turno con el jugador de turno inmensamente valorado en un juego sobrevalorado en demasía, ¡ey!, no es envidia de los pases multimillonarios, ni de las posiciones de los clubes en las listas ni mucho menos de las conversaciones sobre quién hizo el mejor gol o la mejor jugada. Te sigues preguntando por qué tienes tantos cambios de estados anímicos, te das cuenta que el mundo que te rodea te miente a la puta cara y no haces nada, comprendes que en la televisión te montan una mentira teatral para que comas y no pienses. Entras en razón de los nacimientos desmedidos de todos los países, etnias del mundo, no piensas en las muertes, sino en los nuevos pobres futuros y engranajes perfectos para mantener la producción desaforada. Abres los periódicos de papel (si es que sigues leyendo en un formato del hombre paleolítico) y no haces más que leer otras nuevas mentiras de personas o personajes que se creen adultos serios y responsables comunicando verdades del estamento o cualquiera de sus esferas, cuando me refiera a cualquiera de sus esferas digo sus tentáculos más profundos y arraigados, hablo de la confabulación globalizadora, pero no te detengas a pensar, este tipo es un intolerante, un inadaptado y yo estoy leyendo mientras podría estar jugando  o leyendo algo más divertido, es que no quiero... ¡pensar!, ¡caíste! ¿no quieres pensar?, no pienses, pero tienes que comprender lo anterior, y lo primero, ¡eres binario!, hay que erradicar el bien y el mal para reconocer todos los horrores cometidos.  ¿Qué piensas de esto?... no pienso nada, me parece que hablas demasiado de verdades que todos conocemos... es cierto, ahora, vas a seguir viajando en un tren atestado de gente olorosa para trabajar ocho horas por un salario miserable, ¿por un sueño de concreto o acero?, vas a dejar todas tus utilidades mentales para desarrollarte como un obrero sin un fin de clasificaciones y presiones. ¿Vas a ceder ante toda la injusticia binaria que te rodea?, seguro que lo harás, estoy seguro que seguirás consumiendo como una rata de laboratorio sueña con electrodos electrificados y no se plantea nada más que morir y dejar de agonizar. También perseguirás al galgo con cola de conejo en tu carrera desesperada por aprobación transformándote en un ser social y disociado en mil partes mentales.  De hecho comerás los alimentos transgénicos que te ponen en bandejas blancas con música sin ritmo y te acondicionarás para no ser despreciado por la química del amor ante las mujeres u hombres. Seguirás siendo un bárbaro sin hacha, un primate sin árboles, una máquina de reproducción, y otros tantísimos etcéteras. 


Creerás que eres lo máximo en tu despacho en una torre altísima dónde nadie se supone humano y fumarás un habano de un país pobre y resistente a las invasiones. 


Nada hará que la orden instaurada en tu hipotálamo y el resto de tus genes no siga la lucha por la supervivencia, ¿por qué?... porque seguirá siendo una bacteria, una enfermedad que se erradicará dentro de un suspiro geológico. 


domingo, 7 de junio de 2009

La costa de olor.

-Llévalo, mañana no tiene nada que hacer y tu necesitas ayuda con el peso, no tienes edad para andar cargando tanto pescado._ lo miró apenado, no quería despertarlo, era de madrugada y la noche no parecía más de invierno que de verano.
-Pero, míralo, otro día lo llevo Isabel, hoy no, me de pena levantarlo tan pronto._ su mujer sacudió al niño sin miramientos, tenía muy mal genio cuando le apetecía dormir.
-Vamos, despierta Joaquín, ponte los zapatos, un abrigo y acompaña a tu padre... ¡vamos hombre, despierta de una vez!_ el feble cuerpo del niño parecía romperse en pedazos mientras se cambiaba con la insistencia  de su madre al oído y con la resignación de su padre frente a sus ojos.
-Ya estoy papá, gracias por despertarme mamá._ sonrió y sus dientes brillaron anunciando la luz que en algunas horas volvería. La casa olía a gasolina y lomo ahumado, más cuando tenían hambre, junto con los hermanos creaban platos deliciosos solo con los aromas de la casa cada tarde interminable y sin juegos, ya que su madre no lo dejaba moverse siquiera para no tener más hambre de la que ya padecían.
-Muy bien hijo, tu madre ha insistido, lo lamento._ abrió sus brazos esperando el abrazo lento, desganado y quebradizo del infante.
-¿Qué dices? me encanta ir contigo papá._ le dijo mientras se frotaba con la gabardina del padre, su olor lo devolvía a su niñez inmediata, cuando no faltaba nada en la mesa.

Se adentraron en el camino por el monte, el pequeño Miguel sabía que si se perdía corría mucho peligro y altas probabilidades de no volver a casa sano y salvo, por eso, no se apartaba de su padre nunca, aferrado a su mano subían el monte hasta la carretera que les llevaría al puerto horas más tarde.

La luna escondida iluminaba el firmamento desde el otro lado del monte.

-No se ve nada, papá no ve nada.
-Tranquilo Miguel, estamos agarrados de las manos, nadie puede hacernos nada, no te preocupes hijo, pronto estaremos en la carretera.
-Es mucho viaje...
-Es cierto, mira arriba, ¿ves esas estrellas?... brillan mucho, pero su luz en algunas ya no existe, la vemos por que viaja hasta nosotros, pero quizás ya esté muerta.
-¿Cómo puede ser eso?_ le pregunta el niño con su voz aguda y entrecortada.
-Verás, la luz viaja, el universo es luz y energía hijo, es materia y ondas, todo junto y revuelto... por eso miras las estrellas y algunas son viejas y otras jóvenes, no son como nosotros que nuestros cuerpos evidencian el deterioro, ellas brillan para nosotros de igual manera.
-Pero algunas titilan y tienen colores, otras brillan menos._ le dice el niño saltando mientras suenan sus huesos de las piernas.
-Muy cierto hijo, pero no preciso, la distancia es lo que olvidas... lo primero que tienes que saber es que nada en el universo está quieto y por siempre, todo tiene un proceso, como nuestra vida mi amor, nuestras vidas tienen un camino, son rosas repletas de espinas... ¿por qué estás callado Miguel?_ suenan sus pies mientras caminan.
-Estoy triste, no me gusta lo que dices... es feo.
-Mi amor, no tienes que pensar nada que no quieras, pero tienes que saber bien todo lo que representa estar vivo, saber para algunos es una maldición pero para otros es un don... y tú tienes que obtener todo lo que aprendes como un don, te hará se una persona rebosante de bondad y no de pensamientos con intenciones impropias.
-La vida es muy bonita, tú lo dices siempre, mamá no, a mamá parece no gustarle mucho la vida, ¿es por nosotros?_ su padre detiene el paso y se agacha, no se ven, los árboles resuenan, algunos animales aúllan, suenan una piedras desprenderse y rebotar.
-Tu madre los ama hijo, es una época muy dura para todos nosotros, suceden hechos muy malos, ella lo hace todo por ustedes, vive por ti y tus hermanos, tienen que ayudarla en todo, y si la ves mal algún día abrazarla. ¿Me lo prometes?, pronto yo me iré de viaje hijo, y no sé cuanto tiempo será.
-¿Por qué marchas? ¿a dónde?
-Tranquilo, es una temporada, en unas horas cuando volvamos, lo sabrán todos, me han llamado del ejército, debo cumplir con la patria hijo.
-No, no quiero que te vayas a ningún sitio, quédate con nosotros, te esconderemos en el sótano, allí no hay ventanas ni puertas, no podrán encontrarte aunque quisieran, no puedes dejarnos solos... no vas a volver papá, nos vas a dejar solos... lo sé.
-Nada de eso mi amor, es una temporada, la guerra terminará pronto, he tenido suerte, lo peor ya ha pasado hijo, vamos camina que debemos llegar al puerto antes del amanecer, esos pescadores lo regalan todo antes de zarpar, si llegamos tarde todo éste viaje será en vano.

La carretera tenía barro y agua de la noche anterior, una tormenta no lo había dejado caminar tras la comida, llevaban cinco días a pan y agua. No quitó ojo de sus pasos, observó cada una de las irregularidades del camino, imaginó bombas caer desde su boca, su saliva invadió charcos y huecos de hormigas, piedras de lagartijas e insectos. Sobrevoló simulando ser su padre destruyéndolo todo a su paso, creía que los malos tenían que morir todos, pero no sabía que era la muerte, nunca había tocado la puerta de madera de su casa en medio del bosque. El sol lentamente emergía del agua del mar cantábrico y los barcos comenzaban a advertirse desde el horizonte hasta la orilla del puerto. Miguel respiró tanto como pudo, sentía comer en aquél puerto, todo olía a pescado y sal, se hinchaba de aire creyendo tener cientos de platos asados y bien sazonados en su estómago... al llegar sus pies ardían como el sol que los iluminaba, el pescadero envolvió tres kilogramos exactos de merluza y se los entregó al padre envuelto en un sudor frío.

-¿Ya marchas, José?_ tenía treinta personas esperando en una cola de esmirriados seres humanos.
-Sí, quiero agradecerte todo lo que hiciste por mi familia, Dios me devuelva a mi tierra para compensar tu excesiva bondad, Francisco.
-Tú vuelve, luego hablaremos, quizás puedas ayudarme en la mar, te harías un dinero, dicen que será más duro que ahora, cerrarán todos los canales de provisiones... nos espera una época muy duro mi amigo.
-No puedo pensarlo Fran, debo marchar, es mi deber._ dijo endureciendo su ceño y así demostrando su fortaleza detrás del cuerpo cansado y ojeroso que lo representaba junto a su hijo al borde de la desnutrición.




jueves, 4 de junio de 2009

Copa, luz y charla.

-Es verdad lo que dices, pero yo tengo un problema de arritmia que me hace andar algo más lento que el resto, soy la imagen que deplora un capitalista... a menos que quiera rodar un documental lava cerebros o que lo filmen promocionando su imagen social..._ el zumbido es constante, el mapa nos indica que estamos sobrevolando África.
-No seas tan cruel contigo, es cierto que hay muchos idiotas, en mi empresa tengo nueve enfermos del trabajo, viven donando tiempo para que yo trabaje menos y lo hacen con un objetivo claro, yo los mantengo contentos elevando sus ganancias pero no pienso ceder un puesto a ninguno de ellos, buscaré fuera, conocen demasiado a la empresa, y compiten entre ellos deslealmente. Eso es capitalismo entre iguales._ alguien pasa junto a nosotros con un refresco.
-Que duro, yo vivo con una paga mensual, más lo que me llega por los concursos, pero no cuento con ello ya que no tiene una lógica temporal, pueden pasar diez meses sin caer un céntimo... bueno por las reproducciones si, los derechos dejan algo._ me mira, suelta una sonrisa, creo que es un hombre de pocas palabras, detrás de él el ala de nuestro ave de acero se agita demasiado.
-Pero te conformas, mis empleados son ratas que matan por su queso, ¿qué miras? ¿tengo algo en la cara?_ tengo hambre, el miedo me ataca el estómago.
-Eres muy exigente, no me cuentas todo, pero no es nada, es normal, estas conversaciones de avión tienen esto, te haces amigo ante el miedo, creemos en Dios para aliviar la tensión pero al fin estamos enfermos por salir, sabemos que ésta cabina viaja ahora mismo escasos 930 kilómetros por hora en una franja que ronda entre los siete mil a nueve mil metro de altura. No es nada._sonrío forzado por mi vergüenza ajena.
-Mira, lo siento, pero voy a descansar algo, mañana tengo una reunión con inversionistas asiáticos y tengo que estar despierto porque son muy listos los pequeños saltamontes._ no me deja contestar, miro su espalda y vuelvo a comprobar el ala agitándose demasiado, creo que más que antes... esto no me gusta nada... acaban de anunciar turbulencias... ahora creo en Dios.

Llegaré a mi casa, jugaré con mis dos gatos, París y Leo, luego escribiré algún artículo digital y me leeré toda la correspondencia acumulada, eso me sucede por no llevar mi portátil a las conferencias.

-Perdone señorita, ¿puede traerme una copa de whisky?_ seguro piensa que soy un borracho, discapacitado y lamentable anciano, aunque si lo piensa acierta conmigo, no voy a negarme lo que creo.
-Aquí tiene señor._ pone los hielos con una pinza que brilla con el reflejo de la luz que ilumina mi asiento y piernas, el resto creo que duerme, no sé cómo hacen, son de otro planeta o nacieron con alas, quizás es el efecto de mi falta de movilidad la que me avisa inconscientemente de que no tengo posibilidades, de las escasas que hay para todos, menos aún para mí.
-Gracias señorita._ hace un silencio, no se mueve, con su mano derecha apoya su mano con la pinza, seguro piensa que la turbulencia se agudizará y espera pasarla apoyada, tiene una bandeja en la otra, se está acordando de toda mi familia.
-Señora, y no sea tan formal, que no le pega._ me acabo de quedar con el rostro duro, al final tiene buen humor en medio de una turbulencia y con con un viejo molesto que le pide una copa mientras todos duermen, no salgo de mi asombro. Me pica la barba, me la voy a dejar larga, me da igual, que mis alumnos digan lo que quieran, si llego sano a casa no me afeito por lo menos hasta septiembre.

Que pare, por favor no te muevas más, ¿por qué ponen luces en las alas? es de noche y puedo verla perfectamente, se agita mucho, me da la sensación de que en cualquier momento se va a romper en mil pedazos y el avión va a girar en su eje hasta explotar en medio del desierto o el mar. Que manera de caer, por Dios, protégenos, no hagas nada que pueda dañarnos, somos buenas personas y hacemos el bien... bueno mis libros no son sanos, lo sé pero mis clases con los alumnos son leales a la bondad, intento ser imparcial con esas bolas de hormonas... algún día si me pasé un poco, pero quiero vivir, al menos una temporada más, mi nieta tiene una presentación, es un pase de diez minutos en una obra de teatro y me hace ilusión, moriré tranquilo si la veo sonreír al terminar, luego haz lo que quieras de mi cuerpo... mis libros hablarán con toda esa gente durante muchas décadas, eso espero... que sean extensiones de mi tiempo en la tierra.