jueves, 4 de junio de 2009

Copa, luz y charla.

-Es verdad lo que dices, pero yo tengo un problema de arritmia que me hace andar algo más lento que el resto, soy la imagen que deplora un capitalista... a menos que quiera rodar un documental lava cerebros o que lo filmen promocionando su imagen social..._ el zumbido es constante, el mapa nos indica que estamos sobrevolando África.
-No seas tan cruel contigo, es cierto que hay muchos idiotas, en mi empresa tengo nueve enfermos del trabajo, viven donando tiempo para que yo trabaje menos y lo hacen con un objetivo claro, yo los mantengo contentos elevando sus ganancias pero no pienso ceder un puesto a ninguno de ellos, buscaré fuera, conocen demasiado a la empresa, y compiten entre ellos deslealmente. Eso es capitalismo entre iguales._ alguien pasa junto a nosotros con un refresco.
-Que duro, yo vivo con una paga mensual, más lo que me llega por los concursos, pero no cuento con ello ya que no tiene una lógica temporal, pueden pasar diez meses sin caer un céntimo... bueno por las reproducciones si, los derechos dejan algo._ me mira, suelta una sonrisa, creo que es un hombre de pocas palabras, detrás de él el ala de nuestro ave de acero se agita demasiado.
-Pero te conformas, mis empleados son ratas que matan por su queso, ¿qué miras? ¿tengo algo en la cara?_ tengo hambre, el miedo me ataca el estómago.
-Eres muy exigente, no me cuentas todo, pero no es nada, es normal, estas conversaciones de avión tienen esto, te haces amigo ante el miedo, creemos en Dios para aliviar la tensión pero al fin estamos enfermos por salir, sabemos que ésta cabina viaja ahora mismo escasos 930 kilómetros por hora en una franja que ronda entre los siete mil a nueve mil metro de altura. No es nada._sonrío forzado por mi vergüenza ajena.
-Mira, lo siento, pero voy a descansar algo, mañana tengo una reunión con inversionistas asiáticos y tengo que estar despierto porque son muy listos los pequeños saltamontes._ no me deja contestar, miro su espalda y vuelvo a comprobar el ala agitándose demasiado, creo que más que antes... esto no me gusta nada... acaban de anunciar turbulencias... ahora creo en Dios.

Llegaré a mi casa, jugaré con mis dos gatos, París y Leo, luego escribiré algún artículo digital y me leeré toda la correspondencia acumulada, eso me sucede por no llevar mi portátil a las conferencias.

-Perdone señorita, ¿puede traerme una copa de whisky?_ seguro piensa que soy un borracho, discapacitado y lamentable anciano, aunque si lo piensa acierta conmigo, no voy a negarme lo que creo.
-Aquí tiene señor._ pone los hielos con una pinza que brilla con el reflejo de la luz que ilumina mi asiento y piernas, el resto creo que duerme, no sé cómo hacen, son de otro planeta o nacieron con alas, quizás es el efecto de mi falta de movilidad la que me avisa inconscientemente de que no tengo posibilidades, de las escasas que hay para todos, menos aún para mí.
-Gracias señorita._ hace un silencio, no se mueve, con su mano derecha apoya su mano con la pinza, seguro piensa que la turbulencia se agudizará y espera pasarla apoyada, tiene una bandeja en la otra, se está acordando de toda mi familia.
-Señora, y no sea tan formal, que no le pega._ me acabo de quedar con el rostro duro, al final tiene buen humor en medio de una turbulencia y con con un viejo molesto que le pide una copa mientras todos duermen, no salgo de mi asombro. Me pica la barba, me la voy a dejar larga, me da igual, que mis alumnos digan lo que quieran, si llego sano a casa no me afeito por lo menos hasta septiembre.

Que pare, por favor no te muevas más, ¿por qué ponen luces en las alas? es de noche y puedo verla perfectamente, se agita mucho, me da la sensación de que en cualquier momento se va a romper en mil pedazos y el avión va a girar en su eje hasta explotar en medio del desierto o el mar. Que manera de caer, por Dios, protégenos, no hagas nada que pueda dañarnos, somos buenas personas y hacemos el bien... bueno mis libros no son sanos, lo sé pero mis clases con los alumnos son leales a la bondad, intento ser imparcial con esas bolas de hormonas... algún día si me pasé un poco, pero quiero vivir, al menos una temporada más, mi nieta tiene una presentación, es un pase de diez minutos en una obra de teatro y me hace ilusión, moriré tranquilo si la veo sonreír al terminar, luego haz lo que quieras de mi cuerpo... mis libros hablarán con toda esa gente durante muchas décadas, eso espero... que sean extensiones de mi tiempo en la tierra.