jueves, 29 de octubre de 2009

La mirada.

La mujer estaba sudando, molesta, le titilaba el ojo, sus dedos temblaban y chasqueaban a la vez, el autobús estaba repleto, no dejaba de pensar en tres palabras, por momentos buscaba tranquilidad en la observación del entorno exterior y en movimiento. Ella en cambio leía un libro de Joyce, ese que nadie suele terminar pero que lo luce con el orgullo de madre. Lo cierto es que no entendía muy bien la página que leía, algo la perturbaba, solía sucederle, momentos de reflexión que sobornaban a su paciencia empañando la lectura y nublando los procesos. La distancia entre una y otra era de un metro, algo más quizás, en el espacio estaban de pie y molestos, unos diez viajantes frustrados por la crisis global y las discusiones con el banco hacían de muro agrietado por el movimiento. La mujer encontraba en el movimiento la posibilidad de seguir comprobando que ella seguía allí, mientras sudaba aún más, chasqueando y sumando tics nerviosos. El tiempo era una condición molesta, propia de un trayecto que está destinado, el propósito era descender de aquél vehículo en cinco minutos, unos largos cinco minutos de vida, en los cuales podía donar un desvío para desvincular a la muerte de su trabajo habitual. Ella continuaba leyendo sin leer, reflexionando sobre las miradas penetrantes de los ocupantes, creía que era posible dialogar e interactuar con aquellos seres sin decir palabra alguna, al final era un desarrollo cognitivo propio de la evolución, de esa primera pero no última evolución del lenguaje corporal. Limpió su sudor molesta, soltó algunas palabras indescifrables, apuntó otras en un cuaderno rojo y azul, agitó sus pies y piernas en una búsqueda por encontrar la quietud y suspiró tan fuerte que se reencontró con la vergüenza que solía tener de niña cuando la miraban fijamente. Mientras leía sin leer se detuvo en un sonido, un agudo y penetrante chirriar de la goma con el pavimento, instantáneamente el frenazo del autobús recreó el efecto del principio fundamental de la inercia.

-¿Qué ha pasado?_ preguntó asustada a su joven acompañante.
-Creo que ha habido un accidente delante, espera que miro por aquí._sacó su cabeza por la ventana y comprobó el supuesto.-Sí, es un accidente, no sé cómo ha sido, pero ha sido gordo, muy gordo.
-Me ha dado un tirón en el cuello, ¿tú, estás bien?
-Sí señora, no se preocupe, lo están pasando mucho peor allí fuera.
-Qué razón tienes, podría haber sido una catástrofe, ¿qué ves?
-El tren, el tren... ha descarrilado y ha dado contra un camión y otro autobús.
-¡No, no puede ser!, por favor, qué vida esta, oh, pobre gente, y nosotros aquí, ilesos, viviendo.
-Es la vida señora, a veces no hay más que suerte, esto va a ser para largo, seguro ya vienen los de la tele.
-Esos no se pierden nada._cerró el libro sin leer de Joyce y cruzó sus brazos cerrando los ojos, su alma estaba encima de ella, preguntándose si debía volver al cuerpo o partir a otro.
-Perdone._la voz le sonó algo familiar, podía ser una prima lejana que volvía de la muerte, o una amiga que le perdonaba sus tonterías pasadas.
-¿Sí?_los nervios habían cubierto la realidad de blanco lechoso, recordó la ceguera urbana de Saramago.
-Perdone que me acerque a hablarle directamente, y más en un momento así, es que llevo tiempo intentando decirle algo pero no me animo, creo que ésta es la señal.
-¿De qué habla?, perdone usted pero, ¿quién es?
-Mi nombre es Delia Alonso, no importa qué hago, lo único que debo decirle es que algo muy importante va a suceder y tiene que escucharme con total atención.
-¿Qué dice?, no la conozco, se confunde de persona.
-No, ¡no!, míreme, soy profesional en lo que hago, y usted tiene que escucharme atentamente, la vida es un pincelada mal dada sobre una pared de sal, tiene que oírme.
-Pero.
-Tiene que prevenir una enfermedad que se está manifestando en su cuerpo, tiene los síntomas característicos y no puedo evitar decírselo, aquí tiene mis apuntes, vaya a la clínica de la esperanza en la calle Del pozo 457, pregunte por el doctor Lopez Águeda. Tiene poco tiempo, luego es irreversible._dio la vuelta, y entre el tumulto de gente escapó de aquél infierno. La lectora abrió la nota y se quedó inmóvil, miró a su alrededor para ver si era cierto lo que había sucedido, el estupor junto a la preocupación se adueñaron de su mente.
-Señora, es momento de salir, ¿tiene miedo?, tranquila, ya están los bomberos y las ambulancias, no parece tener nada, si quiere la acompaño a revisarse.
-No, no es eso pequeño, es... la vida, es que una mujer...
-¿Qué mujer, señora?
-La mujer, se le movían los músculos solos, involuntariamente, sudaba y su olor era penetrante.
-Perdone señora, es que he estado mirando fuera, es increíble.
-Sí, pequeño, esto es increíble._dobló el papel, bajó del autobús sin mirar lo que acontecía, entre sirenas y cámaras con micrófonos detuvo a un taxi y se dirigió a lo que sería su salvación dos meses después.

viernes, 9 de octubre de 2009

Las tres vidas de Frédéric.

Lo recuerdo perfectamente, estaba durmiendo cuando le coloqué lentamente una bolsa de plástico reforzado cubriendo su cuerpo, se molestaba de tanto en tanto pero no era más que un gruñido opacado por su respiración. Al cubrir el cuello -todavía me vienen los nervios- supe que al momento comenzaría a reaccionar entre los sueños, quería, hacía fuerza para que imagine un malvado dragón atacándola, aunque la realidad apuntaba a su marido. Lo cierto es que le tapé la cabeza en un segundo y no opuso resistencia, no hasta los dos minutos posteriores, cuando el aire comenzó a escasearle. Lo había ensayado no menos de quince veces durante las siestas de octubre, ella no volvía a casa hasta las once y media de la noche, no voy a negar que fue duro en el primer intento, si bien era un ensayo, fue el verdadero asesinato, allí murió mi humanidad, un martes de octubre. Al cabo de tres minutos comencé a chupar el aire con la jeringa de la primera prueba, fue traumático el tacto inicial, no obstante el sabor de la victoria deshizo la emoción independiente, calmado, respirando mi aire con calma quité la manta y la sábana azul que habíamos elegido hacía seis meses en un centro comercial. Envasada al vacío me detuve a observarla al detalle, encendí la luz, y la recorrí milímetro por milímetro, el plástico daba la sensación de aplastamiento con un leve aumento, el sudor había empañado bastante la superficie interior pero podía leer su cuerpo como nunca antes lo había hecho. Fui al ordenador, quizás en un gesto macabro por establecer un precedente temporal escribí un correo electrónico a su amante virtual que yo mismo había creado dos años atrás. Naturalmente con su cuenta de toda la vida, sabía a la perfección las tres claves que alternaba por seguridad, de hecho, fue así cómo descubrí un día que me había sido infiel, todavía puedo recobrar el estupor, fue la mañana de un martes de junio, me mecánica se averió, tarde tanto en reaccionar que la furia se transformó en placer, por momentos en odio. La coartada era perfecta, no tenía testigos, no había muerte anunciada, su vida virtualmente continuaba, controlaba todo su entorno social y la conocía muy bien, fue un sueño hecho realidad, pude adoptar su forma. Pedía todo lo que consumía por el ordenador, no salía a la calle por nada del mundo, era ama de casa y no tenía vida social más que desde donde yo mismo la mantenía aún más enérgica que antes. Fueron dos semanas gloriosas, pude hilar tan fino con su familia que los sometí a una comunicación instantánea por mensajero sin la necesidad de utilizar la voz, confieso que vestía como ella, ¿amigos?, nada, nada, estábamos en París, yo era el que se esforzaba día a día con la empresa, el trabajo lo tenía atado desde el teléfono derivado de mi oficina, tenía controlado remotamente el interruptor de la luz, el altoparlante y un batallón de otros elementos. Mis empleados veían mi oficina desde las máquinas como el banco de un Dios, nadie llegaba allí más que yo, y no precisamente por una escalera de libre uso, la entrada estaba restringida a la totalidad de la empresa, solamente yo subía tras una combinación de puertas internas hasta aquél búnker de control. Las cámaras evidenciaban ciertos comportamientos indebidos que eran informados automáticamente a las líneas bajas de mi mando, por el altavoz más de una vez di largas charlas sobre las normas, hasta llegué a echar a un empleado por holgazán, aunque ahora dudo sí realmente lo era. Si digo que fue perfecto, tiene su fundamento, pero la capa de la perfección se puede mantener estirada en medio del temporal durante un instante. Una mañana de lluvias torrenciales, apagones y cortes de luz, comprendí, que ella debía tener una noble sepultura, me prometí que sería la última noche juntos en la cama, pude disfrutar de tu existencia espacial gracias a que no olía. Abrí el baúl negro de piel que ella misma eligió una tarde radiante en un puesto de carretera, sí la siento conmigo, me abrazó caliente por el sol y me dijo que me amaba, que ese baúl era un sueño para ella, también recuerdo haberla oído decirle al vendedor que tras una discusión no tendría problemas en dormir allí, suenan las carcajadas, se apagan. Tuve la suerte de utilizar nuestro ascensor de carga interno, cabía perfectamente, al subirlo a la furgoneta me desmayé de nervios. Todavía tengo la cicatriz en mi cabeza y codos, fue un leve castigo divino o propio, no lo sé, estuve tirado en el suelo del garage unas seis horas, podía escuchar las llamadas de la empresa, en ese lapso de tiempo navegué mi mente naufragando por momentos sin descubrir unas orillas amigables. Perdí sangre, pero me recuperé, el llanto limpió mi alma, mis pensamientos e inundó todos los recuerdos destruyéndolos, anidándolo todo en un punto lejano de mi consciente -o eso era lo que creía- Me corrían prisas por deshacerme del cuerpo, aún teniendo planeado minuto a minuto cada reacción y acción, me sumí en un caos que no tenía previsto ni en los peores planteamientos. Aceleré en la carretera en dirección a un pueblo que no voy a nombrar, corté parte de la corteza de un árbol de gran tamaño e hice un hueco del tamaño del cuerpo, dicha tarea me fue fácil con la herramienta que tenía, aunque fueron horas y por demás trabajoso, pude colocarla en medio del tronco y rellenar con un material que no voy a decir todo el interior de la inmensa extensión vegetal. Me olvidaba, pegué la corteza con otro material y marché sin mirar atrás, al cabo de sesenta pasos ya no sabía cual de todos era el santuario de mi mujer, respiré aliviado al depositar el cuerpo en la naturaleza, lo sentí como un acto de bondad, devolverla al lugar de donde surgió su amor por el mundo, justo antes de enloquecer por ese joven activista. Volví a mis tareas telemáticas durante unos meses hasta que denuncié su desaparición, sabía que lo primero que harían sería revisar mi vida y tuve atado cada uno de los pasos, no había manera de encontrar huecos, fracturas, grietas que se dilaten para delatarme. La dirección IP de mi ordenador era dinámica, hasta el mismo de día de la llamada, cuando decidí dejar de utilizar el aparato, eso marcaba una situación particular, trazaba un punto en un mapa verdadero, a unas manzanas de su amado activista, por cierto, también desaparecido. Creo en el crimen perfecto, no pueden, incluso hoy, a dieciocho años de mi primer confesión, descubrir realmente qué fue lo que sucedió aquella noche, día o mañana.

Hoy es un día de noviembre, la gente es agradable, he visto a una mujer igual a Jenny, por Dios, era su clon, hace unas horas la dejé en su casa, sus padres comienzan a quererme, me ven algo mayor, pero el dinero hace el silencio, ¿verdad?

jueves, 8 de octubre de 2009

La fábrica de lunas de colores..

-Me duele la cabeza, mañana hablamos, ¿sí, amor?_estaba ensimismada por el día que terminaba, el viento sur la perturbaba modificándole el humor, había discutido con su madre por y para colmo de males la abuela tuvo un accidente en la residencia.
-Tenía ganas, no sé, de hablar, no te pregunté nada y estás hace unos días en otro mundo, no quiero meterme pero tenemos que hablar sobre lo de tu madre, no es normal.
-Siempre fue así, diga lo que diga, no cambia, hasta mañana mi amor.
-Bueno, no me olvido, en algún momento vas a contarme.
-Sí, pero ahora no, de verdad me duele la cabeza, aunque suene lo de todos los días._Frotó su rostro sobre la fina tela blanca e imaginó lunas de colores surcando los cielos, vio al mar evaporarse y a las nubes escaparse al espacio, supuso a la tierra como una larga alfombra sobre una túnica negra y recorrió las expresiones de su madre y abuela, comparándolas, luego se sumó hilando en la genética y la historia de su familia. Por último, justo antes de no comprender la antesala del sueño fabricó una ilusión sobre el amor sin encontrar a la persona que le acompañaba.

Abrió sus ojos empeñados en continuar con el espectáculo, no había responsabilidades en el estado de recarga, había sido un hombre cazador y una princesa embarazada con doce años, el despertador sacudió sus sentidos astillándolo todo. Su boca provocó el gesto, un asomo de relajación muscular que terminó en un bostezo uniforme, animal y gratificante, más en una mañana de temperatura agradable, brisa y sol, mucho sol con jardines perfumados. En el baño se detuvo frente al espejo marrón claro con veteados blancos a quitarse unos puntos rojos que le provocaban dispersión, su belleza rebosaba junto con su juventud, emuló en una sincronía temporal paralela, el bostezo, revolviendo en su ser el estado de quietud y reflexión matinal confusa. Sus pantalones cayeron lentamente hasta los tobillos, la caricia, evocó una sensación sexual que le erizó los pelos hasta la nuca, el frío espontáneo fue similar a un beso sin avisos, una penetración entre sueños o de amante. Orinó en fases, solo para alargar el tiempo y despertar conciliando la amistad entre la realidad externa e interna, cogió de un montón de revistas de actualidad un libro de bolsillo verde que hablaba del hermetismo, de los iniciados y la totalidad del todo. Lo ojeó sin importancia hasta que se detuvo en una línea "En su esencia el TODO es incognoscible", por un momento su casa se deshizo en miles de millones de trozos flotando a su alrededor, sus lunas florecieron de colores cortando la luz del sol radiante que la mañana ofrecía, la tierra se convirtió en esa alfombra verde y azul sobre la oscuridad para demostrarle que no se apartaba de ella, que aunque su intención era obviar sus visiones, éstas, insistentes, aparecerían reanimando su ser. Giró asombrada, reconfortada, lo que allí flotaba era energía, fluidos, y universos distribuidos, sonó el teléfono rojo de pared junto al inodoro.

-¿Sí?, hola mamá, yo bien, eso creo, ¿tú?, me alegro, no tengo rencores, ya soy mayor, somos tan distintas, no puedes entenderlo, me quieres como tú, no hay réplicas, el error es tuyo por llamar, ¿porqué lo haces?, ¡te he pedido perdón hace un instante!, no valoras mis ideas, me haces estúpida, inútil, tu títere mojado, hoy la función la dirijo yo, ¡sí, yo sola!, y puedo hacerlo a la perfección, no me perturbes, tengo un buen día, tenía, déjame, estás haciéndome enfadar, ¡enferma, qué cierres el pico, histérica!, ¡eres una puta enferma qué muere día a día!, no me fastidies con tus errores, tú te follas al mundo y ahora el mundo te folla la salud, por idiota, no me llames, ¡no me llames!, pagarás en vida, lo verás, en unos minutos el mundo se hará una alfombra por siempre, y seré feliz, no quiero seguir, adiós, me arruinaste la vida, mamá._al cruzar la sala sintió un leve frío de baldosas que fue apagándose en los escalones de concreto al sol, al llegar a la terraza el viento caliente la envolvió robándole sus ideas, la voz de su madre se apagó y sus pies concentraron el calor tibio pero ardiente de las baldosas rojas con juntas negras. Sonrió recordando la última tarde de amigos bajo aquella sombre de flores y madera barnizada, de charlas hasta el amanecer, dio un paso, luego otro sumando velocidad, dejó los talones y presionó con sus dedos al pisar más fuerte y firme, corrió en línea recta decidida a no pensar más, sus lunas apagaron las luces naturales, sus pies dejaron de transmitir sensaciones y sin avisos comprendió en el aire que el espacio era su nuevo hogar.

"En su esencia el TODO es incognoscible", El Kybalion.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Seis números.

-Me cago en mi puta madre, es un hijo de puta, es un hijo de puta Marcos, me la jugó por cuarta vez y yo como un pelotudo de mierda lo seguí, ¡mírame, boludo!, ¿me estás escuchando?, ¡hacete cargo de todo porque a vos también te la jugó!, a veces me parece que te chupa un huevo todo._ al gritar por segunda vez se le cayó la taza de té.-¡Pero, la puta madre que me parió!, ¿me tiene que pasar todo hoy?, ¡Marcos!, ¿Marcos?
-Acá estoy, qué denso, ya fue, está hecho, te lo hizo porque sos un confiado, la gente no cambia, te lo dije.
-¿Y yo qué sabía?
-Nacho, lo sabías muy bien, te la hizo perfecta, una jugada maestra, ahora te quedás con toda la deuda, hipotecado por dos, mientras que el forro de mierda ese que ahora odias seguro está en París disfrutando de un buen cafecito en una terraza de Montrouge.
-Sos un pelotudo, callate la boca un poco, ¿querés?
-¿Te molesta, Nachito?, hay que joderse, es lo que hay, el amor es traicionero y vos un nene de dos años, empezá a adaptarte a la realidad o te van a hundir hasta el fondo, bueno, sí ya no lo hicieron.
-Me voy a pegar un tiro, ¿querés que llore?, lo hecho hecho está, ese hijo de... forro de mierda... me las va a pagar todas, cuando lo tenga fichado lo sigo hasta la muerte.
-No vas a hacer nada, Nacho, nunca hacés nada, no movés un pelo, en un rato vas a llamar a tu viejo para que te quite la hipoteca, más la rehipoteca, jajaja.
-¡De esta, salgo solito!
-¿Solito, Nacho?, ¿estás seguro?
-No me jodas Marcos, no estoy para boludeces, acompañame al banco, capaz me perdonan algo si lo denuncio como estafa, está clarísima la movida que me hizo.
-Vos sos un pelotudo integral, no lo puedo creer, ¡el banco te va a exprimir hasta los calzones!, como no le pidas ayuda a tu viejo, ¡fuiste!, yo en tu lugar y sin tu viejo me pego un tiro, o me doy por muerto para hacer otra vida, sino, me volvería loco.
-Qué amigo sos, ¡el mejor!, si busco en una juguetería seguro que un Playmovil me sale más comprensivo.
-Sos más dramático, calmate un poco, tengo una película para relajarnos, cuando bajes un poco de la palmera llamamos a tu viejo, mirá, pienso acompañarte para que no llores delante de él. Sé que si estoy ahí no vas a hacer nada.
-¡Un detalle de tu parte!, no sé qué haría sin vos.
-Llorar como una maricona todo el día.
-Claro porque vos sos un macho de esos que trabajan el acero quince horas al día, Marcos, lo único que tenés es una cara de piedra.
-¡Yo trabajo más que vos!
-Por seis horas de mierda que metés, te hacés el empleado del mes, callate un poco y dejame pensar.
-Pongo la peli mientras, vos pensá todo lo que quieras, yo pienso aprovechar mi día libre.
-Debo cien mil dólares, más los otros cuarenta mil, en realidad pensandolo bien es una hipoteca y media, el me pagó casi la mitad, ciento cuarenta mil dólares, tiene que irse a un país tan pobre como Argentina, ¿yo qué haría con esa plata?, Bolivia, no tengo nada contra los bolis pero ahí seguro que no me iría, Colombia menos, Perú, ¿Chile?_los dos negaron con las cabezas.-Uruguay, bueno, ojo, es un país laico, muy tranquilo, las casas valen menos allá, no sé, ¿no, Marcos?, tengo mis dudas.
-Ese se piró a la mierda, capaz está Filipinas, dale llamá a tu viejo.
-Bueno, tenés razón, ahora pensádolo mejor, que ponga la plata que le sobra a mi viejo, mi cada no es ni un diez por ciento de la de él y su novia estirada.
-¡Menos!, vos no medís las cosas como tienen que ser Marcos, la realidad es otraaa, muuuuuy diferente.
-¿Pá?, hola, qué estás haciendo, ¡qué lindo!, con lo que me gustan las regatas, sí, sí, bueno nunca quise acompañarte porque sos un pesado con eso... nada, ¿porqué me preguntás eso?, te llamo para saber como estás, no sé... bueno, me pasó algo, no es muy grave, bueno un poco sí, más bien, muy grave... está bien, tengo que cubrir dos hipotecas sobre mi casa, me estafaron, sí, lo sé, perdoname, si me ayudas en esto no te pienso pedir nada más de herencia, lo sé, pero sí soy yo solo, ¿tu novia?, ayudame, ya hablamos de eso, estás vivo y sano, no me hablés así, perdón, estoy nervioso, te mando por correo, esperá, ¿estás con la notebook?, ya está, te mandé la petición de pago del banco, ¿seguro?, ¿de verdad?, uh, bueno está bien, tu herencia no me importa, yo sé conformarme con poco, no como esa... bueno perdón papá... gracias... chau.
-¿Y?, ¿Nachooo?, ¿y?
-¿Qué?
-¿Cómo, qué?, ¿¡qué dijo, pelotudo!?
-Ah, qué me olvide de la herencia, que me mande los papeles para firmar.
-Qué bajón, por lo menos ya tenés todo solucionado.
-Sí, pero... la puta de la novia... me da igual, esta casa es preciosa, trabajo un poco y listo.
-Sí, no sé yo si vas a...
-Nacho... callate.

Suena el timbre.

-¿Sí?
-Abrime Nacho, soy yo.
-¿Jorge?
-¡Sí, soy yo!, dejame entrar que te explico.
-¿Jorge?, ¿¡¡Jorge!!?_ abrió la puerta ciego de rabia.
-Hola Marcos._soltó las dos maletas de mano en el suelo y se arrodilló mientras rebotaban.-Ya sé, matame, pegame, hacé lo que quieras conmigo, te amo, te amo, Nacho, te amo, perdoname, tengo toda la plata, estuve estos tres días metido en un hotel, perdoname de verdad... tengo que contarte algo.
-¿¡Qué mierda me vas a contar!?, me la hiciste como un campeón, me enamoraste como a un pendejo sin estudios y me robaste toda mi plata con eso de tu negocio secreto de mierda.
-Nacho, tenés que entenderme, me jugué todo por vos, lo vi claro una tarde que te vi llorando por el estúpido de tu viejo, me salió el plan en un segundo y no se me quitó de la cabeza hasta que pude hacerlo.
-Vos y tus planes de mierda, ¿querés que te perdone?, ¡dame la plata, Jorge!, ¡toda, y con intereses!, si no tenés nada, seguro te la robaron y volvés para que te de un lugar donde dormir, estás solo en este mundo de mierda.
-No, no pienses así, Nacho...
-¿Qué querés que piense?, ahora le tuve que pedir que me saque del marrón a mi viejo, por suerte me paga todo, pero me deja sin herencia, ¡sin herencia!, ¡¡se la va a dejar a la puta esa de novia!!, es un hijo de puta malparido como vos, ¡igualitos!
-No, estás...
-¡Callate, porque te denuncio, me corto un dedo y me sale de testigo Marcos!
-Pero...
-Pero nada, Jorge.
-¡Dejame hablar!, ¿¡querés!?, el plan era que tenía que convencerte de que me prestes la plata, mi jugada por más que parezca otra cosa, era que tenía que apostar, el tema fue que descubrí una manera de jugar todo y ganar el doble... el problema, bueno, problema no... lo que pasó es que me salió demasiado mal, tenía el plan de apostar todo en el casino, al rojo, doblar la apuesta, después doblar lo ganado más lo que tenía, pero me salió para el culo.
-No, si sos un pelotudo, sos un idiota, un mogólico... ¡tomatela de acá!, andate, no te quiero ver más, mirá no voy a hacerte nada, pero no vuelvas.
-Nacho, te amo.
-Me da igual, ¡me-da-igual!
-Dame un minuto más.
-¿Para qué?, me vas a hacer lo de siempre, vos y tus historias.
-No, por favor, es un minuto, no es mentira, dejame terminar y sino me crees, me voy, y punto.
-¡Dale, hablá!
-Perdí todo, pero todo, cuando subí a la habitación del hotel, abrí las ventanas, tenías que verlo, el atardecer más hermoso del mundo, con viento y todo, bueno estaba yo ahí, en pelotas y esperando la muerte, pensando en vos, entendí que te amaba más que a mi vida misma. Miré para abajo y vi en la calle un número de seis dígitos escrito en la calle, se ve que estaban construyendo un edificio, el tema es que el número me quedó, me vestí corriendo, como un loco, después de dar vueltas por una hora, me cansé y cuando ya estaba decidido a volver a matarme, vi la casa de lotería, compré el billete del Loto y me fui a dormir, a la mañana...
-No me jodas, Jorge, ¿fuiste vos?, ¿sos vos?, salió en la tele hoy.
-Sí, soy yo, mirá._ se puso de pies, juntó la palma de su mano con la de Nacho y  dejó el billete. Marcos en medio de una conmoción rompió a llorar como un niño tapándose con el almohadón del sofá. Nacho abrió los ojos más que nunca, la notebook hizo un sonido primeramente lejano, hasta que recordó que era el aviso de nuevo correo, giró para ver y era el mail de su padre con la confirmación de pago, sonrió, volvió a mirar a los ojos de Jorge y reconoció el amor sin encontrar palabras, emociones o censuras.

domingo, 4 de octubre de 2009

Broadway y la 42.

Otro día nublado en Manhattan.

-¿Qué te debo, Amanda?_el taxi se detiene frente al anuncio de la última película de aquél ácido.
-Veinte dólares, Paul.
-¿Veinte?, ¡cada día que pasa un dólar más? 
-Es que modifico los caminos para traerte más rápido, es un servicio que se "debe" pagar.
-¿Cómo que se debe pagar?, tú estás pasada de rosca, ¿qué has desayunado hoy?, ¿veinte?, por dios, el indio ese que me traía era mucho más barato, ¡con una gran diferencia!
-¡Pues que te traiga en un cuarto de hora como yo!
-Eres tan exagerada, bueno, como todas, si no quieren que ser diferentes aunque por dentro lo desean. 
-¡Cállate de una vez y baja!, ¿no oyes fuera?, ¡Paul, vete o creeré que estás enamorado de mi!
-¿Yo?
-¿Y quién más?, eres mi único cliente que se pasa media hora queriendo discutirme el precio, sin contar que a la operadora le pides mi número de coche.
-¡Eso es una falsedad!, ¡otra vez como las mujeres!, sí, estoy en lo cierto, son todas parecidas, las mismas tácticas para enredar en el "amor" al hombre, mentirosas y manipuladoras. ¡Eso son!
-¡Baja de una vez!, viene un poli, baja la voz.
-¡Pienso pagar la demora!
-¡No es eso Paul, calla un poco!, es que tienes cuerda para todo el día. 
-¡No estoy drogado!, y no sé hace cuanto que no follo...

Un policía negro y con mala uva se acerca.

-¿Por qué no circula?, voy a tener que...
-Disculpe oficial, es que la mujer no tiene nada que ver, el comportamiento indebido es mío, llevo un tiempo prudencial, aunque no lo suficiente para esta avenida, intentando hacer que me explique porqué me cobra tan caro.
-En silencio, no estoy hablando con usted.
-Pero.
-¿Estoy hablando con usted?
-¿Por qué me habla como a un anciano o a un rey?
-Permanezca en silencio o lo detengo por desacato.
-¡Paul, calla!
-Pero.
-¡Qué te calles, por todos los cielos!
-¿Tiene algún parentesco con el pasajero? 
-No, no, ¿yo, con ese?, nada, ni el color de los ojos, ¡por favor!, deme un respiro oficial, es verdad, siempre me discute el precio por el viaje hasta aquí, pero lo hace porque quiere algo conmigo, es que son todos iguales oficial. La máquina cobra distinto porque hago recorridos alternativos para traerle rápido, aunque de nada sirve, luego se queda discutiendo por lo menos una hora y encima me paga el retraso con propina incluida. 
-Aparque por favor... junto a la furgoneta, gire, despacio, muy bien, bájese y entrégueme la documentación.
-¿Qué he hecho?, la culpa es de...
-¡Es mía, oficial!
-Le he dicho que si me interrumpe una vez más lo encarcelo.
-No, no lo ha dicho.
-Sí lo he dicho.
-No, ¡no!, ha dicho que permanezca en silencio.
-Entonces, sí repite una vez más su imprudencia, tendré que encarcelarlo, señor.
-Soy un hombre, el señorío está obsoleto.
-Tiene todo en regla, señorita Amanda, invítele un café a este individuo.
-¿Perdone, oficial?
-¡Qué le invite a una copa mejor!, mírele la cara de hambriento que tiene, es que las mujeres...
-Usted es un oficial del orden, no tiene porqué hacer este tipo de apreciaciones.
-Y usted es una empleada que da un servicio, aunque lo está incumpliendo, si quiere, doy un parte a su compañía por el comportamiento.
-Es mi trabajo, con eso...
-Me sorprende la policía, a veces parecen tan buena gente, ¿será porque es negro y quiere complacer?
-¡Cállate, Paul!
-Al menos ya has aprendido bien mi nombre, no lo repitas mucho que pierde significado, quizás desaparezca, y eso no lo quieres, ¿o sí?
-Eres la persona más pesada que conozco, un auténtico idiota.
-Amanda, ¿quieres un café?
-Está bien, pero solo unos minutos.
-Sí, lo que quieras, aquí unos minutos pueden ser horas, hay atascos hasta en los baños de McDonald´s.


Ella pide un café con leche y crema, él un chocolate caliente.

-¿Quieres acompañarlo con algo dulce?, quizás termines con un coma diabético, mejor no, ya eres demasiado para este mundo.
-¿Es eso un piropo?, Paul, paga, ¡paga, la chica te está esperando y el resto de personas!
-¡Está bien, está bien!, toma, espera, te doy estas dos monedas, así mejor.

Se sientan, está abarrotado de gente cansada, autista, en Babia.

-¿Qué crees que es la vida, Amanda?
-Uy, no te cansas, llevo nueve horas soportando tipos como tú, que por llevar traje pueden conquistar a una mujer, echar el polvo de la merienda y volver a casa a vivir con la familia felizmente. ¿Qué es la vida para mi?, muy diferente a la tuya, eso te lo aseguro.
-No lo creo.
-¡Mírate!, te he visto enseñarle la tarjeta que tienes bajo el abrigo, el oficial estaba compinchado contigo, no sé quien eres, pero hasta aquí llego, he aceptado tomar este café para descansar y terminar con todo este juego de una vez.
-No es verde el árbol en otoño, las apariencias engañan, es una cuestión de tiempo, como el árbol yo soy parte de un bosque que imparte algún tipo de comportamiento colectivo. Pero en la otra parte de mi tiempo, soy así, soy yo, Paul, como me llamas una y otra vez.
-Me da igual, no me cuentes tu libro mental, escríbelo que yo tengo cien novelas que escribir de tanto que he sufrido.
-Eso ya lo hacen los artistas, Amanda. Dime qué es la vida para ti.
-Un sacrilegio constante, una abatida prematura, un dolor de muelas, un resaca permanente, un dolor de ovarios insistente, no sé, puedo seguir varias horas, te costaría caro.
-¿Lo dices por tu trabajo?, tienes que terminar tu turno... hace ya... diez minutos.
-¿Cómo lo sabes?, ¿me sigues?, si eres de esos enfermos, voy a... no me asustas.
-No soy nada, lo sé porque te he visto cambiar el coche accidentalmente hace unos días, nada más, el resto es sentido común.
-Mas te vale Paul.
-Ves la vida algo odiosa.
-¿Odiosa?, la veo como se me presenta, con dos ojos y algunos sentidos.
-Yo creo que seguimos siendo igual de primitivos, la ley que nos protege es básica en todos sus argumentos enlazados, la violencia es un factor condicionante y natural, el amor es un artilugio utilizado para mercadear con las personas. No confío en las emociones, soy algo práctico.
-Eres primitivo, y me aburres, si no confías en las emociones, no te me acerques.
-Ese es el problema.
-¿Problema?
-Sí, Amanda, desde que te he conocido, no puedo controlarlas, fallo, no puedo pensar ni ver con claridad, estoy gobernado por algo que desconocía y me aterra, la vida se me presentaba tan diferente... lo siento, debo marchar, todo lo que he dicho sobre las mujeres... ¿lo recuerdas?... sigo pensando lo mismo, aunque toda ley tiene su trampa, su inflexión, adiós Amanda.


Paul se aleja, abre la puerta y respira de una bocanada la contaminación Neoyorquina, siente estar en un bosque hermoso y lumínico, Amanda intenta beber el café hasta que se le cae sobre su ropa, un camarero se acerca y ella sonríe, lleva años sin hacerlo. Al mirar la taza llena de chocolate caliente y humeante ve una nota, la arruga al estirarse para leerla, se acomoda nuevamente. Sonríe una vez más mirando el cristal y la gente corriendo, hablando sola, lee.

"La vida es... esto" 

viernes, 2 de octubre de 2009

La intervención.

-No vuelvo a decírtelo, dame todo el dinero, ¡pero si no puedes moverte!, ¿qué digo? esto tiene un límite Aitor, ¿no piensas hacerlo?, es-te, pu-to de-do... te va a do-ler... ¿así gritas pedazo de mierda?, piensa en mi hermana, un minuto, ¿puedes tener algo de empatía, inútil?_tenía la boca pero no había modo de utilizarla en señal de alarma o dolor, estaban en un cuarto de máquinas del bloque uno, aunque quisiera, nadie escucharía sus gemidos y golpes contra el acero, estaban solos.-Te dije que no te acerques, le inventaste toda esa historia de que eras un director de cine recién premiado, ¿sabes la ilusión que tuvo?, en el silencio de mi observación sabía que era un timo... un director de... ¡hijo de puta!, no voy a matarte, cuando estés entregado a la muerte como en este preciso instante me voy a tranquilizar, ¿ves, es fácil estar en mi parcela?, lo haré hasta que vuelva el caudal de tus pensamientos y encuentres el tormento de tu propio castigo, cuando tu instinto abrace a la vida te seguiré enfrentando a tu amiga... tengo todo el tiempo del mundo Aitor._ se sentó con el bocadillo de jamón y tomate, masticó lentamente, bebió agua de su botella de plástico y cantó durante unas horas canciones de glorias pasadas.-¿Por qué tiemblas, Aitor?, será similar al placer de la eyaculación, esa parálisis que convulsiona el ser, ¿puedes pensar en una caricia?, el hilo pandea de un lado a otro, no, ¡no!, ¡abre los ojos!, no vas a dormir, no, guapo, tienes ojos, ¡úsalos!_ inyectó en sus venas un cóctel de vitaminas para mantenerlo en la superficie de la consciencia.-¡Eso es, así, qué valiente eres!, ¿las retinas de esa pobre víctima se empañaron rápidamente?, es una duda que me llega comiendo desde hace unos minutos, ¿es un instante la vida?, no hay adrenalina más corta... eres un buen hombre. ¿Te asombras?, eres un buen tipo, le has quitado el aire a una persona feliz, a una ignorante, le derrumbaste su castillo de humo para enseñarle la verdadera naturaleza que nos domina, eres definitivamente un sabio._rasgó lentamente su pecho mientras comía los últimos bocados.-Aitor, eres una máquina de fluidos, si te vieras no darías crédito, a partir de ahora comienza el juego, eres mi rata favorita, el castigo en línea va a dar que hablar, ya verás... bueno, no, ¡lo veré yo!, pero no te atormentes hombre que todavía vives, ¡eso es lo que importa!, ¿no? Muero por leer y oír los comentarios de nuestra nueva audiencia, va a dar la vuelta al mundo a la velocidad del satélite. No temas, tengo planeado al detalle todos los saltos dinámicos, he programado estar en todos los sitios a la vez, tendremos semanas hasta que nos descubran, bueno, a decir verdad, a que te descubran muerto, ¡no serás una víctima!, haré que el ejemplo cunda en el mundo, los códigos lo tienen al menos diez mil personas en este momento, cuando lo ejecuten podrán esconderse y atormentar a sus verdugos. ¡No hay sistema que pueda aplacar el mal sin reacondicionarlo!, es nuestra palabra encomendada al fracaso de la ley. Todas las trabas se acaba en este momento Aitor, piensa que tu vida te ha llevado a un destino histórico, serás el primer muerto reemplazado por partes... por tu víctima. Jajaja, ¡eres un niño!, ¡puedo verte correr sin esconderte!, piensa, eso es, piensa bien en lo que te depara, ¡vamos, piensa primate!_ el cuarto se iluminó junto al bloque de servidores conectado vía inalámbrica en una furgoneta, impostó su voz probando el tono, escupió el agua tras un buche de limpieza rápida.-Siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos... uno... los actos encierran jaulas prescritas de comportamiento, no hay ser más violento que este espécimen, sus actos fueron el detonante ejemplar en esta bomba de relojería. Pueden asquearse al ver el grado de descomposición que he logrado, lo mío no tiene referente, haré de mi asesinato una prueba del nuevo comportamiento humano... en este instante somos mil personas ajustando cuentas con Aitor, en unas horas seremos millones, la verdadera justicia a llegado, busca a tu culpable._ encendió la máquina de oxigeno para alimentar el aire en los pulmones de aquella mujer descuartizada y cocida como un muñeco. Los cuerpos estaban unidos por sus órganos, era espeluznante, ingraficable... la ola se convirtió en un maremoto imparable, la sed de venganza florecía de las alcantarillas de todas las ciudades y pueblos del mundo, el sistema protegido fue la capa, la mano o la coima al juez, se detuvo el mundo entre palabras, armas y programadores, Aitor en primer plano buscaba esos ojos de su mujer alentándolo a escribir guiones.