lunes, 16 de febrero de 2009

Le écrivain.

- El gravitón, si es posible, se elevará conquistando así un nueva dimensión, es la respuesta Marie, debemos hacer todo lo posible. _ manifestó el joven Julius.
- Debemos llegar a la presentación, entiendo tu éxtasis pero perdemos el tiempo detenidos en medio de Winchester.
- Somos rápidos, según el último estudio, los londinenses somos los mas rápidos de Europa caminando. Y en otras muchas actividades, no lo olvidemos.
- Vamos Julius, no voy a esperar más, no podemos, estarán sentados y mirando esos micrófonos solitarios en un cuarto de hora. Es importante que llegues a tiempo.
- Clair, un cuarto de hora nos basta, escucha, es que solo quiero contarte lo último, prometo que demoraré tres minutos._ dijo Julius convenciendo a la bella Marie.
- Quiero decirte que hay un problema inconcluso, sin contar el de Gödel, en la mecánica cuántica nadie supo explicar hasta hoy como dos electrones a 6.000 kilómetros de distancia reaccionen instantáneamente a dirección contraria con estímulos. Todos estamos muertos pero vivos, hay que asumir las dos variables, era eso simplemente Marie. Es y es a la vez. 
- No sabes de lo que hablas, pero te apasiona, es impresionante como puedes lograr aparentar poseer conocimiento. 
- Nadie posee el conocimiento, está por un tiempo, no olvides la vejez mi querida amiga, todo sistema tiene un equilibrio, entropía, se pueden explicar con las matemáticas, pero lo que es, es._ afirmó el joven Julius Hoyle.

La sala estaba repleta de periodistas, ayudantes de cámara, y fotógrafos, Julius se sentó sonriente, parecía un cantante más que un escritor de renombre. 
- Buenas noches, mi presencia en esta conferencia es debido a los rumores que han alcanzado magnitudes verdaderamente desproporcionadas en la red global, debido a una confusión insustancial. Podrán hacer cualquier pregunta al respecto, no olviden que puedo no contestar a lo que crea ofensivo.

- Mi nombre William Trent de el Guardian, ¿puede relatar los sucesos de la tarde del domingo?si es que no le parece ofensivo señor Hoyle._ preguntó el periodista calvo y sin reparo alguno.
- William, contestaré, el domingo al terminar la gala de premiación, saben de cual hablo, tuve una visita inesperada en el baño de aquél hotel, alguien intentó matarme con un cuchillo, no pudo, gracias a mi estado físico pude frenar su ataque y posteriormente dar parte a la policía, el resto es pan del día, ¿verdad William?, otra pregunta por favor.
- ¿Por qué piensa que fue el ataque?, Ernest del Sun.
- Un brote psicótico quizás, alguien con mucha envidia, no puedo precisar su intención, ni quien era, por lo que dice la policía logró pasar todos los controles sin problema alguno, su identidad la desconozco y prefiero que siga así. 
- ¿No cree que fue por su nueva publicación?, circulan versiones de un padre que perdió la cordura por sus declaraciones sobre el Cáncer y las otras enfermedades de las que se habla en su novela.
- No puedo evitar volver al mismo discurso, deben aceptar que las enfermedades son parte de la realidad y la ficción, de la actualidad de una civilización enferma, entre otras cosas por el plomo, ¿o nos olvidamos de nuestra exposición prolongada?, seguimos expuestos, me vi en mi deber como escritor hablar de Clair Patterson, lamentablemente fuimos y somos víctimas de algo que está totalmente tapado por las grandes industrias, a ningún directivo lo gusta leer la cruel realidad a la que nos sometieron por décadas y sin aviso alguno. Hablo de todas esas enfermedades, de todos esos casos porque es necesario que se sepa la verdad. Ahora intentan callar mi voz, y no es la primera vez, suelo ser silencioso como ellos, lo peor es la indiferencia, nadie logrará callar a Julius Hoyle, nadie.
- ¿Qué hará con el dinero que recaude de las ventas?
- Y usted que hará con el suyo, o acaso ¿usted trabaja gratis?, si habla conmigo gratis, es un placer conocer al primero de una generación de amarillos que hace caridad.
- Tiene millones señor Hoyle, podría destinar todas las ganancias a la causa.
- No hay causa, es ficción, eso es lo que no puede aceptar la gente, y algunas hacen la estupidez del domingo, no voy a renunciar a mi dinero, en otro momento, mas tranquilo miraré quienes necesitan, nadie sabrá cuando, yo moriré con dinero, pero luego se lo quedarán las víctimas, se repartirá por el mundo, todo a su tiempo. Quiero saber a donde van los millones que ganan con las películas que hablan del dolor ajeno de la segunda guerra, la demagogia es una manifestación de injuria mental y propia, el que se convence logra lo impensable, nadie cuestiona ese dinero, pero el mío si. Hijos de puta. Doy por terminada la conferencia, no volveré a hablar.
 
Marie se acercó rabiosa por su comportamiento, no supo como reprocharle sus últimas palabras.
- Vamos Marie, tengo hambre y mucha sed, quedamos en West Kensington en la calle Redan, en ese restaurante caro que fuimos, ¿recuerdas?
- Si, pero, ¿no vamos juntos? 
- En media hora estaré allí, toma algo y reserva la mesa, debo hacer algo. 
- ¿Qué vas a hacer Julius?
- Tranquila, no pienses, debo hablar con alguien.
- No vuelvas a cometer alguna locura, nadie sabe que pasó realmente el domingo, no lo mates, no hablará, te lo dijo aquél día.
- Acabo de verlo, lo asustaré, tranquila, hablaré con él, en media hora estaré allí. 
- No lo hagas.
- ¡Taxi!,... ¿puede llevar a esta señora a West Kesington?... gracias,... ella le indacará.
- ¡No lo hagas Julius!
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