viernes, 13 de febrero de 2009

Balham.

- He visto a tu hermano con su acompañante, parece algo tranquilo, van tranquilos, reunidos como si fuesen uno._ ella es Diana, siempre espía desde su ventana y me llama, hablamos de mi hermano, prefiero desviar la conversación a mi terreno.
- Lo intenta todos los días, para eso pago esa cantidad de Libras, su tarea es simplemente ayudarle a encontrar la voluntad para que vuelva a caminar._ este soy yo James Chadwick, suelen confundirme algunos entendidos por el descubridor del neutrón. Es probable que por la repetición de tal similitud, durante mi niñez, terminé estudiando en la universidad de Londres, es donde nos conocimos con Diana Hawes, profesora adjunta de microbiología y nanotecnología. Es una enamorada del conocimiento y una mente brillante, es algo torpe y despistada, desde la ventana de su sala suele observar el trayecto que hace mi hermano con su ayudante, hay veces que me llama para comentar algo que viene a su mente, otras me quedo esperando a escuchar su voz ansioso y sin respuesta, Diana tiene su misterio, y me atrapa constantemente en la red amplia y peligrosa de mi mente, es decir, me atrapo solo.
- No es eso, no lo hace por su trabajo, si pudieras verlos ahora me entenderías, empuja su silla de ruedas con fuerza, mira el suelo pensando, no lo sé, creo que ese hombre está mas implicado con tu hermano que tú, lo siento si no esperas oír esto._ Diana suele ser algo cruel.
- Es que Thomas no era tal cual lo imaginas ahora, no debería de hablar del pasado de mi hermano mayor,  no voy a hacerlo, debo un respeto a mi sangre, por mi padre, cuidaré de él hasta mi santa muerte, pero no haré nada por Thomas, de mí, tendrá dinero, y ese dinero dispensará ayuda para un fin, que no será controlado por mí, sencillamente nunca. Mi dinero será el nexo, el camino que le facilitará un proceso positivo o negativo, ya no dependerá de mi existencia._ le digo a Diana estas palabras porque debe saber desde el primer momento que no hay amor posible que pueda reconstruir mi relación con mi hermano mayor, debe tener claro que es lo que pienso, no sé que va a decir.
- Eres muy cruel, es una persona que no habla, no camina, está postrado en una cama todo el día, está solo, ese hombre le ayuda por sí mismo, estoy segura que cobra muy poco dinero y  que hace horas extras todos los días. Veo una forma que los une, en esas ruedas y sus piernas, no puedo explicarte la sensación, son colores, nebulosa._ me dice Diana, oírla hablar sin tapujos me da cólera, contengo la rabia, pero la ironía no podré contenerla y le digo.
- Es sinestésia, la padeces y prefieres asociarlo a algo bonito y romántico, no eres la única Diana, pero debes entenderme, no te contaré nada de Thomas, es como hablar mal de los muertos, él en cierta forma lo está y debo respetar su condición por honor, pero nunca haré con mis manos y mi tiempo absolutamente nada por ese individuo.
- ¿Qué lleva a una persona pensar tan fríamente?_ odio sus preguntas, cree que lo puede solucionar todo, o simplemente (para ella) estudiarlo.
- No pienso fríamente, es que no hay sentimiento alguno que me una a Thomas, me siento solo en el mundo, han muerto todos mis familiares, vivo solo en la casa de nuestros padres y ancestros. No sabes lo que es la verdadera soledad, de querer abrigar tu cuerpo en alguien que sepa quién eres, y no tener mas que cuadros antiguos representando rostros inexistentes, es cruel mi vida, Thomas ya no comprende cual es su realidad. _ he abierto solo grietas en mi alma, me costará dormir por la noche, no es la primera vez.
- James, tu soledad no existe, tienes un cuerpo donde abrigarte como dices, Thomas es esa persona que espera de ti para enfrentar el miedo de volver a caminar, no desea recuperarse, seguramente por su culpa, sentirá en sus realidades mentales que prefiere dormirse en pensamientos que abrir los ojos y no tenerte cerca, sonriéndole. _ Diana cree que puede, por momentos es algo indiscreta, estoy en silencio, recuerdo como éramos de niños y me estoy preguntando que pasó entre esas sonrisas y nuestras actuales lágrimas, al menos las mías.  
- Adoraba a mi hermano, era el dibujante de mis caminos, el constructor de mis pequeñas proezas, éramos paja única, mi madre nos decía que unidos nunca nos pasaría nada, que debíamos amarnos y ayudarnos siempre, todavía oigo a mi madre decirlo en el parque mientras nos regañaba por algunas travesuras de Thomas. En mi adolescencia reflexionaba su ausencia, ansioso todos los veranos al volver del colegio soñaba con volver a verlo, los años se pintaron en mi rostro y mi ansiedad se convirtió en desesperación, hasta que un año, a mis veinticinco, volvió, sus ojos, no lo olvidaré jamás, sus ojos me hablaron cuando lo miré mientras lo abrazaba, sentí que ese no era mi hermano, que la vida lo había golpeado sobremanera, mi alma se destrozó, si es que el alma puede destrozarse, al menos eso fue lo que sentí. Posterior a nuestro encuentro nada volvió a ser igual, murieron uno a uno todos aquellos que amaba, primero mis padres, le siguieron mis primos, tíos y abuelos, quedamos el y yo. No quiero que supongas nada, pero lo que supones puede ser cierto, nunca se probó nada, es un genio, lo supe siempre, lo hizo magistralmente, el escritor que conozca su historia sabrá instantáneamente  que es un mar de oro, mis sospechas crearon este ser frío, como dices, el estado actual de Thomas ha sido la consecuencia a lo anterior, pero todas son dudas. Mis certezas ya las conoces, no habrá día que cambie de opinión, mi muerte será un respiro más, Diana no me conoces._ no creí tener las fuerzas para contar todo esto por teléfono a Diana, estoy sorprendido, me siento algo mas relajado, ahora no volverá a tocar el tema, puede ser un alivio, ¿de qué hablaremos?
- James Chadwick, eres una caja de sorpresas, lo lamento, no he querido inquietarte, no he perdido a nadie, mi soledad es por elección, por miedo a la vida o al motivo verdadero, si es que hay uno. No podré juzgarte, no sentenciaré sobre tus intenciones, solo tú puedes conocer el dolor que provocan esos cuadros o tu hermano a lo lejos. Yo solo veo a una persona esperando, un ser detenido en el tiempo, pero en movimiento, en su silla de ruedas. ¿Hay segundas oportunidades James?
- Definitivamente no las hay, ¿crees que perdonaría su mirada al volver?, todos los hechos posteriores no puedo asegurarlos, hay un juego siniestro que recorre su presencia, no pienso comprobar mi muerte al volver a mirarlo, me niego, Diana esta conversación debe terminar, no quiero enojarme contigo, pero me obligas, eres muy indiscreta, creí que tu educación detendría tanta intromisión.
- James, ¿quieres venir a mi sala?, al menos nos miraríamos a los ojos, no volveré a cuestionarte, me refiero a este tema.
- Es conveniente._ le digo asegurando que no volverá a intentarlo.
- Te espero._ cuelgo ansioso, sonrío revuelto entre la felicidad y el horror, ella sabe demasiado, ¿y si duda de mi?, es tan simple como invertir la historia, me descubriría rápidamente, llevaré unas gotas por si se atreve a descubrirme. 

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