miércoles, 13 de mayo de 2009

Café y té.


-La vida es muy larga Jean-Marc deja de una vez todos esos recuerdos, siempre vivimos de la memoria, irrigamos nuevos pensamientos, procesos y acciones mediante la memoria, no es justo, tienes que olvidar lo que hizo tu madre, no te enojes conmigo, somos amigos, te quiero, pero tienes que focalizar en lo que tienes ahora mismo, viene una niña en camino._ le dijo Emma dando un sorbo  a su café con leche.
-Son dos días, son dos días... son dos días la vida, no sé que hacer, es que no la soporto a la mujer que va a tener a mi niña._ la miró a los ojos agitando sus manos sin beber nada de su té verde.
-¿Cómo puedes ser tan desprendido? es una persona... no " esa mujer que va a tener a mi niña ", por favor Jean-Marc no seas tan estúpido ¿quieres?, es que a veces tienes unas salidas tan extrañas que me molestan mucho, puedo entender que ames el teatro, que sea tu modo de expresión, que le quieras contar tu visiones al mundo y que ellos te animen a más... pero esto es la vida real, no hay interpretaciones, ¿ves esa mujer vendiendo café? seguramente quiere hacer lo mismo que tú, en su disciplina, no eres especial, no eres distinto, no eres de otro planeta, eres humano, eres de mi mismo bloque y barrio, eras tan niño como yo y no me cuentes ninguna de tus aventuras mentales, porque son eso, mentales y tuyas.
-¿Por qué te molestas así conmigo?, solo quiero hacer lo que hago bien, mis mensajes son, aunque no lo creas, distintos... no voy a pactar con la vida que me propone el sistema para que todos seamos felices..._ Emma enfurecida le interrumpió, algo nervioso Jean-Marc bebió dos pequeños sorbos del té verde, lo hizo lentamente para tapar completamente a Emma  y oírla, se sintió molesto por tantas palabras juntas y en un lugar tan público como el "Le Doobie´s".
-Tus padres te criaron bajo este sistema, tus abuelos fueron sastres bajo este sistema, padecieron y disfrutaron de este orden que desestimas siempre, ¿acaso duermes en la calle con los desfavorecidos?, quiero que seas realista Jean-Marc, puedes dejar atrás todo el pasado, puedes aislar esos fantasmas en un punto negro de tu mente, olvídalo que ya no eres un niño, pronto tu hija va a nacer, y su madre seguirá siendo ella toda la vida, tendrás que lidiar con eso o hacer lo mismo que todos tus amigos artistas... no es justo, eres buena persona._ Emma se cruzó de brazos, cruzó sus piernas y  miró por unos momentos de silencio el café con leche que le esperaba ansioso, Jean-Marc miró al boulevard Sébastopol dónde los coches y la gente buscaban hacerse un hueco entre la velocidad frenética e interna que los gobernaba, mordió suavemente sus dedos al menos unas treinta veces y rompió la paz de reflexión dolorosa para explicarle sus razones.
-Todos tenemos un propósito en esta vida, el mío es el mensaje que llevo dentro, quizás un mensaje mal escrito y confuso, pero es mi mensaje, el que quiero difundir con todas mis fuerzas, que no logre nada con ello no significa que sea lo que sé que soy y puedo, mi voluntad de poder me hace enorme, pero mi personalidad y la realidad me hacen un hierro más en esta cuidad de muertómatas, no quiero ejercer de padre, no quise tener sexo con esa mujer, no hablé con ella hasta el día de la noticia, y quiero que sepas que mi viaje no es por egoísmo, tampoco es un desprecio a su vida... pero no puedo condenarme en un hecho tan equívoco y malintencionado... esa mujer hizo todo lo que debía para encarcelarme en su visión de la vida, en su visión de la familia... lamentablemente mi niña será fruto de sus intenciones, por eso me voy lejos... y no quiero que me presiones ni tú, ni mi familia, al final siempre te envían para decirme lo que piensan, ellos son burgueses y yo no lo soy, ellos tienen ahora la excusa perfecta... a mi niña nunca le faltarán ni el dinero ni el amor, pero mi presencia, mi existir en París se ha extinguido ayer cuando decidí marcharme de este agujero turístico. Lo lamento Emma, voy a extrañarte, no quiero que me comprendas, ni quiero que me cuentes tus verdades, las comprendo, y no hago oídos sordos pero amiga, yo hoy ya no existo... hoy soy uno de esos fantasmas de los que según tú debo olvidar... Emma olvídame._ se paró en lágrimas secas y abrió la puerta del bar, dobló en el Boulevard y se esfumó entre la gente, Emma reaccionó minutos después cuando ya era tarde, se apoyó contra el hierro caliente del semáforo y tosió de los nervios, supo que era la última vez, la luz verde le indicó a los transeúntes ansiosos que se echen a andar, la empujaron mientras soltó todo su dolor, abrazó el hierro caliente con sus ojos cerrados, pensó que Jean-Marc no le arrebaría al menos su último abrazo, su último calor, sumida en sus pensamientos de su boca brotó... te amo.