viernes, 11 de septiembre de 2009

Los cien nombres del dictador.

-Te odio, no te soporto, ¿por qué me miras así?, ¿soy peor que ella?, ¿eh?, mírame a los ojos, se te caen hacia abajo, mientes y lo haces sin descaro, ¿quién te ha enseñado a ser así?, has cambiado tanto.
-He cambiado, me han reformado, la compañía tiene recursos increíbles, me han devuelto la vida, ahora creo en lo que me propongo, el presidente nos regaló ésta tarjeta, es para ti, así puedes procesar mi cambio, mis modificaciones.
-¿Qué dices?, ¡tres años fuera y llegas como si nada hubiese pasado!, ¿estás drogado Caleb?, hueles muy raro.
-La compañía nos ha provisto de un hogar para nuestra familia, ¿no es eso un motivo para alegrarte y creer en nuestra nación?
-¿Caleb?, ¿eres tú?, ¡vete de aquí, quien seas!, tú no eres mi Caleb, ¿qué te han hecho?, yo creía que...
-Nunca hubiese imaginado escapar con otra mujer, ¿han llegado los envíos de dinero?, las remesas eran mi fuente de inspiración para continuar, he sufrido hasta que he dejado de sentir. La compañía nos pidió expreso cuidado con la nueva información, estuvimos cautivos, creímos que era lo mejor para el país... tu rostro estuvo en cada una de la operaciones, eres... has cambiado.
-¿Yo he cambiado?, ¿¡yo he cambiado!?, ¡vete!
-No puedo, debo protegerte, pronto surgirán brotes de una revolución tardía, Claire, estoy aquí y no me iré, te amo princesa.
-¡No soy tu princesa!, ¡llamaré a la policía, seas quien seas!, vendrán por ti y te encerrarán, Caleb ha muerto, lo siento, te pareces pero no eres... la remesa era mi pensión, me han quitado mi dinero, no me quedan fuerzas...
-¿Dónde está Aaron?, huelo su perfume, su piel.
-¡Deja mi niño en paz!, ¡es mi hijo!, nadie va a tocarlo.
-Debemos bajar, pronto comenzarán las redadas, me informan que el capitolio ha sido tomado, el mensaje está a punto de surgir, hay un bando solo Claire, créeme querrás que te proteja. Dame tu mano princesa, te he echado de menos.
-Pero...
-Calla, camina, ven aquí pequeño, soy yo, mírate la cara, ¿quién te ha hecho esto?
-El amigo de...
-¡Aaron, no es tu padre, calla!
-¡Calla tú y baja en silencio o jurarás no haber nacido!, ¿esto has permitido en mi hogar?
-Pero... tú, ¡no eres Caleb!, algo ha pasado, oh Señor, encomiendas una tarea a quien no tiene brazos, me haces sufrir Señor.

Las sirenas rompen la quietud del barrio, los alaridos se extienden como hojas en otoño, el sonido de la señal del televisor se repone, la voz del primer presidente global prueba el micrófono. El mundo se estremece, los mercados financieros se paralizan, las bocas se abren en todas las oficinas del mundo, los corazones de los países entran en paro, Caleb mira al presidente, sonríe y cierra la puerta verde, no hay simulacros, no hay bombas atómicas, no hay virus, ni masacres, tampoco especies revolucionadas. Claire llora entre las cajas vacías, Aaron posa sus manos sobre las de su padre, hablan muy bajo, el minuto cero ha comenzado, Caleb recibe las instrucciones.