lunes, 14 de septiembre de 2009

El color del fin.

-La ataron, le extirparon el pensamiento mientras las ovejas caían  de a miles, tienen las garras afiladas._sus ojos cayeron al razonar sobre lo sucedido.
-Es un pelotuda._dijo Alfonso con su acento bien marcado y cierta soltura.
-No hay pelotudos cuando la vida está en juego, ¿qué esperabas?_le contagió la pérdida.
-Perdoname, no merecía morir._desciende de la cima de su estupor para comprender a su amiga.
-Ahora la cuestión es qué vamos a hacer, tenemos cinco horas antes de que aparezca en los medios la filtración._la perturbación de solo pensarlo la llevó toser, el dolor en el pecho la obligó a encorvarse durante unos minutos.
-Mirá Natalia, tenemos plata para escaparnos, yo no quiero caer en las garras de esos hijos de puta, me van a procesar por delitos que no fueron míos, voy dos pasos adelante, nos vamos en coche ahora mismo y nos olvidamos, empezamos de nuevo.
-¿Qué?, ¿empezar de nuevo?, tú estás loco de remate, ¡quieren exactamente eso!, su voz se apagó y nadie va a hacer nada, al menos nos tiene a nosotros, somos su último grito, Alfonso._ una mujer pasó a escasos metros, están sentados en un parque público.
-¡Esa gente no quiere gritos!, odia la verdad, la repele con el ocio, tienes esa idea de fingir ser un mártir, ¿para quién?, caeremos en sus garras, Natalia, mirame, ¡mirame a los ojos!, ¿ves que te miento?, no tengo dudas que nos enfrentamos a la muerte.
-Esto es una democracia Alfonso, no temas, no es la Argentina que dejaste.
-Es mucho peor Natalia, no tenés ni la más remota idea de lo que crees saber, no hay ciencias que estén detrás de esto, el poder es uno de los peores males, luchar contra la enfermedad sin medicamentos es una condena que no mereces, tu pasado debe reivindicarse, nadie va a alentarte a seguir, nos quedamos solos, ¡muy solos!, los tiempos de revoluciones terminaron, el control no tiene límites, Natalia, mirame a los ojos, ¡carajo!, mirame te digo.
-Tranquilízate, no grites, ¡no grites que estoy muy nerviosa!, lo dejé todo, le prometí a mi padre que lo haría por él, ahora míranos a lo que hemos llegado, frustraremos las otras intervenciones.
-¡Es una auténtica locura!, el resto va a morir en unas horas, el mundo ya está hablando de nuestro intento golpista, van a torcer a nuestros seguidores, ¡perdimos Natalia!, es ahora o nunca.
-No puedes hacerme esto, no, no y no._ arrancó algunos pelos de la furia desmedida.
-Ya no somos lo que pensábamos que éramos, morirán más sino no tomamos medidas, hay gente que lo dejó todo por la causa.
-¿Y yo?, mi padre lloró al saberme de su lado, su última lágrima fue de agradecimiento, reivindicar el pasado es eso, ¿qué hago con la pena al escapar?, no hay playa, cuidad o bosque que me aleje del tormento, vete Alfonso, lo haré sola.
-No, no lo vas a hacer.
-¡Vete!, tú no sabes lo que es el compromiso, cerrará los ojos, lo juro, algunos lograremos el éxito, aunque mueran dos de ellos.
-No hacemos nada, podemos arreglarlo, retomar las órdenes y analizar, desaparecer pero por un tiempo nada más, así recobraríamos fuerzas, desmantelar...
-Nos ha llevado años Alfonso, voy a descabezar a las dos familias, es ahora o nunca.
-Pero... Natalia, sin mi no podés.
-Entonces vienes conmigo._abrió una cápsula con un líquido transparente y mojó sus dedos.
-¿Me estás amenazando?
-Si te toco mueres, no quiero provocar una agonía innecesaria.
-Natalia...
-Vamos, sé que quieres, es temor, ¿y si todos lo logran?, difundirán mentiras, los medios dicen la verdad cuando anuncian la hora y el día, el resto es pura mierda... si mueren los gobiernos comenzarán a agrietarse y los golpes serán certeros, es la única vía, somos el instrumento Alfonso.
-No quiero...
-¿Morir?, deja ya eso, haremos historia, tu honor y el mío serán recordados, nadie sabrá de nuestras dudas, pero yo no las tenemos, ¿verdad mi amigo?
-No.
-Dame un beso._la tarde radiaba luz como pocas, el parque estaba próximo al cementerio en donde las dos familias más influyentes despedían los restos mortales de un soldado. El reloj marcó el minuto inicial, la misión encomendada era comenzar el nuevo orden. Los hilos al fin comenzaron a cortarse, el sacrificio fue... sus ojos se cerraron al tocar con sus dedos a Alfonso, los gritos y disparos fueron los fuegos de artificio que tanto se habían prometido el uno al otro frente a la tranquilidad de una playa desierta... la muerte supo vestirse de amarillo.