lunes, 2 de noviembre de 2009

La mano de Sanders.

-Lo que importa, lo que verdaderamente importa al escribir, es crear un motivo, una consecuencia natural pero desencajante, la clave, es la ausencia en la información... el misterio._la sala estaba atestada de testosterona y olores rancios.-escupa el chicle Sanders y díganos su fórmula o sus pensamientos, necesitamos conocer lo que esconde la arrogancia de su gestualidad.
-¿Mi gestualidad, profesor?_mantenía la respiración para no soltar el aire demasiado rápido, eso atraería aún más la miradas de sus compañeros.
-Exacto, si reformula es simplemente para crear un orden y una respuesta, la reformulación es arcaica, es preferible utilizar el silencio, es una mejor herramienta de tensión.
-Es que yo no he pensado nada, profesor.
-Es imposible Sanders, baje por favor, venga, ¡vamos!_el eco retorció sus arterias hasta el sofoco, los veinte escalones fueron dianas entre maleza y musgo tropical, fueron sudores delatores y estacas sucias.-Síentese, mejor quédese de pie, mantenga la compostura, ¿me ve a mi encoger los hombros cuando me dirijo a ustedes?
-No, es que...
-¿Me entiende, Sanders?, los nervios, la temperatura corporal, la inestabilidad que se proyecta en su herramienta corpórea es un simple aviso, una alarma general en su organismo vital.
-No lo comprendo, no quiero seguir esto, no hablo en su clase, ellos sí, ni siquiera saben escribir, sin embargo yo...
-¿Usted qué, Sanders?
-Yo...
-¿Sí?
-No puedo... no tiene importancia.
-Dígalo, confiese su pecado, su arrogancia está a punto de dibujar en el aire un cuadro que imagino desde hace tiempo, su gestualidad Sanders, lo delata.
-¿Mi gestualidad?
-¡Vuelve a hacerlo!
-¡Soy escritor!, ¡soy escritor!, soy escritor... soy...
-No conocemos sus novelas, su ego ha estallado en mil partículas sobre nuestro aire, ¿se cree mejor que todos nosotros, Sanders?
-¡Deje de llamarme Sanders!, mi nombre es Gregory Van Rafter... sí, creo que no hay nadie igual, de hecho, lo he confirmado, y lo lamento.
-¡He aquí la prueba fundamental, alumnos!, no hay modo, ejemplo ni doctrina que domine el talento.
-Usted es el arrogante profesor... mis novelas han sido premiadas en todo el mundo, aunque el dinero y el reconocimiento sean gotas de lluvia rocíandome durante meses prosigo con mis estudios, mi tesis consiste en desmontar la poca importancia que tiene la vida, lo detestable que es el pensamiento y las consecuencias directas... la falta de naturaleza que nos gobierna desde hace siglos..._ el silencio en el aula magna de la universidad fue de iglesia, sonaron dos chasquidos de madera y uno de acero, fruto del viento de la cúpula.-Acabo de utilizar su herramienta profesor, mírelos, mírese, sus gestualidades son la proyección de sus condenas, están presos, enfermos y aíslados... lo siento mucho por todos ustedes, adiós._escribió sobre la pizarra negra un número tres del tamaño de un puño adulto, abrió la puerta sin mirar atrás y sintió los aplausos apagados al avanzar sobre el corredor.