lunes, 4 de enero de 2010

Los ojos del que no dice nada.

-¿Te ha cortado?, ¿te ha cortado?, no puedes seguir con esto, Miguel, mírame, ¡qué me mires te digo!, ¿cuántas veces hablamos de esto?, dime, ¿cuantas?, por lo menos cien, ¿mil te suena de algo?, no pongas esa cara de idiota que sueles poner cuando te regañan, soy tu mujer y no tu madre. Me tienes hasta... no me hagas hablar, ese hijo de puta te tiene así desde hace meses, ¡lleva toda la vida haciéndolo y te sorprendes siempre de la misma manera!, ¡mírame!, me voy, te puedes quedar con la casa, la del pueblo es mía, con eso me arreglo... como hice durante todos estos años. Deja ya de hacerte el idiota y cambia esa cara, es lo que siempre quisiste, quedarte solo en casa, a tus anchas, dejando la mierda por todos lados, no sé qué mierda hice todos estos años detrás tuyo, al final eres un viejo sin motivos... tanta gente mal viviendo y tú... te odio, ¡te odio!, ni una lágrima se te escapa, ten cuidado a ver si te deshidratas, tendría que verte tu madre, ella si te ponía a punto, cambiaste tanto Miguel, mírate como estás, ¿fui yo?, dímelo, me da igual, a estas alturas no hay nada para mi, una vida asquerosa arruinada, ¿a dónde voy yo sola con mi edad?, los hombres hacen exactamente lo mismo, y yo... fui una estúpida, eso fui, destrocé mi cuerpo para tener al zángano de tu hijo drogadicto, mi juventud la perdí entre tus abrazos falsos._el sudor en su frente no hacía más que comenzar, ardía de fiebre, sentado junto a la ventana del salón. El aire viciado comenzaba a afectarle, las palabras se repetían en ecos inaudibles, borroneados por la temporalidad atrasada.-¡No le di a ningún otro hombre ni media ración de amor por ti!, solo por ti, más bien por lo que apuntabas a ser, ¡y mírate ahora!, me das asco, todos los males me llegaron cuando te conocí, te deshicieron poco a poco y no me di cuenta, ¡mírame!, las huellas de tu supuesto amor están en mi piel, no soy atractiva para nadie, huelo muy mal y enfermo más y más. La vida no me deja hacer lo necesario, es terrible lo que me haces, ¡límpiate al menos!, ¡te digo que me mires ya!, ¡te odio!, ¡te odio!, ¡te odio!, ¡te odio!, di algo, di algo maldito fracasado... dime que me amas al menos, dame un abrazo falso para eludir la crueldad del tiempo, hazme bella por lo menos ahora, prometo no volver, la casa del pueblo es acogedora... extraño a mi niño... extraño a nuestro pequeño, ¿qué hicimos?, mírame, voy a marcharme para no volver, no dices nada... solo sueñas con tu vida fantástica, ¡esa vida no existe!, ¡está en tu mente!, vuelve aquí por Dios, vuelve a mis ojos, todo eso no hace más que prepararte como cebo de una pronta cacería. Dime algo, guardas ese color único, esa mancha te hacía tan... eras atlético, todas querían ser tuyas, me decían lo mucho que me envidiaban, por mi futuro contigo... el oro se volvió plata barata hasta ser un cobre gastado y perdido en el mar... no eres ni el rastro que dejabas con tu perfume, te odio, pero más me odio a mi, ¿cómo no pude ver que el tiempo hacía esto?, ¡este espejo me lo regalaste tú!, reirías por dentro al hacerlo, maldito enfermo... justificaba cada año con lo que sucedía, primero fueron tus hermanos, luego tus padres, nuestro hijito, sus problemas, después los tuyos, pero siempre te recuperabas y caías, me robaste la juventud para nada... estoy en esta casa que costó sudor y lágrimas, ¿para qué? el sol no tiene efecto sobre mi, las nevadas me asustan y me encierran más, los días de lluvia son horrendos porque me recuerdan a ti con sus olores. Me arruinaste como lo hiciste con él, apagaste sus sueños con tu elocuente mirada crítica sobre lo que creías justo e injusto, ¡sus ilusiones se murieron antes de comprender realmente quién era!, ¡fue tu culpa gordo asqueroso!, mira como babeas, ¿sueñas despierto para vivir un paralelo hermoso?, ¡mírame, vuelve!, atrévete a mirarme al marchar, seguro lo haces cuando ya no pueda verte, llorarás quizás por lo que fuimos... no lo creo, te entretienes mucho allí dentro, eso no va a desaparecer los años horrendos que me diste, olvídalo, aunque lo intentes no podrás, todas las almas se juntan a rodearte día y noche, te maldigo para el resto de tus respiraciones, que la última esté acompañada de dolor... adiós Miguel, mi vida comienza... ahora mismo..._sus pasos desprendieron aromas del pasado, recuerdos encapsulados minuciosamente, las vibraciones de las tres puertas de hierro llegaron como ondas a su piel, los sensores nerviosos publicaron en ella una edición barata de la realidad. La mar estaba dormida, sin dioses molestos ni hijos malvados en guerra con el bien, la mar estaba estirada como una manta sobre la arena. La puerta se abrió sin avisos ni preámbulos, la luz cegadora lo obligó a parpadear, era una mano extranjera la que la hacía flotar insistente.-Señor Miglioretti repita conmigo el número uno, ¿me oye señor Miglioretti?, despierte, despierte señor, la junta le espera ansioso, hemos cerrado la fusión con la caja africana, ¿señor me oye?, ¡llamen a una ambulancia!, ¡auxilio, por favor!_ella existía, ella era más que una mujer, ella era su respirador artificial.