lunes, 22 de marzo de 2010

La mentira creativa, esa anciana que pedía dinero.

-Soy la persona más desgraciada de este mundo, soy el personaje del escritor o guionista enfermo por el éxito que me exprimiría hasta los huesos por hacerme sufrir todos los calvarios posibles. Mi carne es oro para los leones vestidos de Armani, ¿podría provocar más dolor en mi vida con la pluma de un escritor bienaventurado?, ¡estoy hablándote bigotes!, ¿para esto te pagan?
-No vamos a extenderle la suma que pretende, mi superior me ha denegado el acceso al sistema, debe irse de aquí cuanto antes, señora.
-¡Me violaron desde mi nacimiento!, fui drogadicta, tuve un cáncer que me dejó sin una teta, un marido alcohólico y una hija puta, mi padre mató a mi madre cuando tenía cinco años, la vi desangrarse frente a mi. Nueve abortos y dos niños muertos en mis brazos al parir, nueve operaciones del ojo izquierdo y una amputación del dedo meñique, sin contar los embargos y muertes que vi en las calles cuando vivía sola chupando penes sucios y enfermos por dos monedas inservibles. ¡Yo vi cambiar a la sociedad desde sus basureros!, conocí el amor entre rejas y estudié derecho civil mientras me azotaban los policías que también me violaban. Un escritor se forraría con mi historia, ¿no me crees?, todo me pasó a mi, y me está pasando, ¿tu ves normal que me denieguen un préstamo?
-Señora, no puedo volver a repetirlo, está poniéndome en un aprieto, por favor.
-¡De eso nada!, aquí me tienes, compra los derechos de mi vida, ¡te los vendo al precio que hoy te estoy pidiendo!, lo juro, vas a llenarte de dinero, si solo es contar una parte ínfima de todo lo que me sucedió, créeme, soy la persona con menos suerte en este mundo.
-Lo siento, el encargado de la seguridad de este establecimiento la acompañará hasta la salida, lamento terminar esta gestión de la manera que me ha obligado a tomar, su suerte la elige usted señora.
-¡Eso es una falacia!, es usted un enfermo como el resto, ¿ve mal todo lo que me pasó en esta vida?, ¿por mi ropa y mi falta de aseo me niega el dinero?, ¡son ladrones de guante dorado!, europeos, ahora que el verde ha caducado aprovechan para adueñarse de todo. Seguro moriré en alguna zanja mientras tú comes caliente con tu mujer, pero de los cuernos no te salvarás hijo.
-Me hace recordar una película pero no sé cual, ¿no te parece Richard?_el uniformado lo mira intrigado, se detiene, suelta el codo de la mujer y se echa a reir.
-¡Sí!, la última de ese director.
-Sí, esa, eres el mejor, ¿cómo se llamaba?, envíame al infierno, o algo así.
-¡Esa!
-Mi desgracia no tiene infierno, el infierno es la vida y la muerte para mi, en ninguno de los planos estaré plena, todo se oscurece a mi paso, quien escriba sobre mi, será rico.
-Tengo un cuaderno, acompáñeme por favor, mi nombre es Richard, él, es un empleado, y su jefe no deja de instigarlo, venga conmigo, yo le daré cobijo, comida y algo caliente que beber, en mi oficina tengo espacio para los dos, yo también vivo allí, rodeado de cámaras.
-Joven, mi dicha es la maldición de ser la mujer menos afortunada de este mundo.
-Es eso lo que pienso retratar con sus palabras.
-¿Es verdad?
-Claro, señora, no sé cómo decirle esto.
-Dime hijo.
-Vivo aquí, trabajo aquí, soy una persona en búsqueda del momento, un cazador de sueños y realidades alternativas, soy una vida que se plasma en las tintas de la selva que nos vio criarnos como abono para el futuro... soy escritor señora.
-Pues... prepárate, ¡serás rico!, pero primero debes pagarme.